COMEDIA FAMOSA

INTITULADA

EL RUFIÁN DICHOSO











Los que hablan en ella son los siguientes:


LUGO, estudiante.

LOBILLO y GANCHOSO, rufianes.

ALGUACIL.

Dos CORCHETES.

LAGARTIJA, muchacho.

Una DAMA.

Su MARIDO.

El inquisidor TELLO DE SANDOVAL.

Dos MÚSICOS.

Un PASTELERO.

ANTONIA.

Otra MUJER.

CARRASCOSA, padre de la mancebía.

PERALTA y GILBERTO, estudiantes.

Un ÁNGEL.

La COMEDIA.

La CURIOSIDAD.

Fray ANTONIO.

Fray ÁNGEL.

El PRIOR.

Dos CIUDADANOS.

DOÑA ANA DE TREVIÑO.

Dos CRIADOS.

Un CLÉRIGO.

LUCIFER.

VISIEL, demonio.

El VIRREY DE MÉJICO.

El PADRE CRUZ.

SAQUEL, demonio.

Tres ALMAS de purgatorio.



[JORNADA PRIMERA]




Salen Lugo, envainando una daga de ganchos, y el Lobillo y Ganchoso, rufianes. Lugo viene como estudiante, con una media sotana, un broquel en la cinta y una daga de ganchos; que no ha de traer espada.

Lobillo ¿Por qué fue la quistión?

Lugo No fue por nada.

No se repita, si es que amigos somos.

Ganchoso Quiso Lugo empinarse sobre llombre,

y, siendo rufo de primer tonsura,

asentarse en la cátreda de prima, 5

teniendo al lombre aquí por espantajo.

Lugo Mis sores, poco a poco. Yo soy mozo

y mazo, y tengo hígados y bofes

para dar en el trato de la hampa

quinao al más pintado de su escuela, 10

en la cual no recibe el grado alguno

de valeroso por haber gran tiempo

que cura en sus entradas y salidas,

sino por las hazañas que ya hecho.

¿No tienen ya sabido que hay cofrades 15

de luz, y otros de sangre?

Lobillo Aqueso pido.

Ganchoso ¡Hola, so Lobo! Si es que pide queso,

pídalo en otra parte, que en aquésta

no se da. Si no...

Lobillo ¡Basta, seor Ganchoso!

O logue luenga, y téngase por dicho, 20

que entrevo toda flor y todo rumbo.

Ganchoso ¿Pues nosotros nacimos en Guinea,

so Lobo?

Lobillo No sé nada.

Ganchoso Pues apréndalo

con aquesta leción.

Lugo ¡Fuera, Lobillo!

Ganchoso Entrambos sois ovejas fanfarrones, 25

y gallinas mojadas, y conejos.

Lobillo ¡Menos lengua y más manos, hideputa!

Entran a esta sazón un alguacil y dos corchetes; huyen Ganchoso y Lobillo; queda solo Lugo, envainando.

Corchete [1] ¡Téngase a la justicia!

Lugo ¡Tente, pícaro!

¿Conó[ce]sme?

Corchete [1] ¡So Lugo!

Lugo ¿Qué so Lugo?

Alguacil Bellacos, ¿no le asís?

Corchete 2 Señor nuestro amo, 30

¿sabe lo que nos manda? ¿No conoce

que es el señor Cristóbal el delinque?

Alguacil ¡Que siempre le he de hallar en estas danzas!

¡Por Dios, que es cosa recia! ¡No hay paciencia

que lo pueda llevar!

Lugo Llévelo en cólera, 35

que tanto monta.

Alguacil Ahora, yo sé cierto

que ha de romper el diablo sus zapatos

alguna vez.

Lugo Mas que los rompa ciento;

que él los sabrá comprar donde quisiere.

Alguacil El señor Sandoval tiene la culpa. 40

Corchete 2 Tello de Sandoval es su amo déste.

Corchete 1 Y manda la ciudad, y no hay justicia

que le ose tocar por su respeto.

Lugo El señor alguacil haga su oficio,

y déjese de cuentos y preámbulos. 45

Alguacil ¡Cuán mejor pareciera el señor Lugo

en su colegio que en la barbacana,

el libro en mano, y no el broquel en cinta!

Lugo Crea el so alguacil que no le cuadra

ni esquina el predicar; deje ese oficio 50

a quien le toca, y vaya y pique aprisa.

Alguacil Sin picar nos iremos, y agradézcalo

a su amo; que, a fe de hijodalgo,

que yo sé en qué parará este negocio.

Lugo En irse y en quedarme.

Corchete 1 Yo lo creo, 55

porque es un Barrabás este Cristóbal.

Corchete 2 No hay gamo que le iguale en ligereza.

Corchete 1 Mejor juega la blanca que la negra,

y en entrambas es águila volante.

Alguacil Recójase y procure no encontrarme, 60

que será lo más sano.

Lugo Aunque sea enfermo,

haré lo que füere de mi gusto.

Alguacil Venid vosotros.

Éntrase el alguacil.

Corchete 1 So Cristóbal, ¡vive

que no le conocí!; ¡sí, juro cierto!

Corchete 2 Señor Cristóbal, yo me recomendo; 65

de mí no hay qué temer; soy ciego y mudo

para ver ni hablar cosa que toque

a la mínima suela del calcorro

que tapa y cubre la coluna y basa

que sustentan la máquina hampesca. 70

Lugo ¿Dónde cargaste, Calahorra?

Corchete 2 No sé; Dios con la noche me socorra.

Éntranse los dos corchetes.

Lugo ¡Que sólo me respeten por mi amo

y no por mí, no sé esta maravilla!;

mas yo haré que salga de mí un bramo 75

que pase de los muros de Sevilla.

Cuelgue mi padre de su puerta el ramo,

despoje de su jugo a Manzanilla;

conténtese en su humilde y bajo oficio,

que yo seré famoso en mi ejercicio. 80

Entra, a este instante, Lagartija, muchacho.

Lagartija Señor Cristóbal, ¿qué es esto?

¿Has reñido, por ventura,

que tienes turbado el gesto?

Lugo Pónele de sepultura

el ánimo descompuesto. 85

La de ganchos saqué a luz,

porque me hiciese el buz

un bravo por mi respeto;

mas huyóse de su aspecto

como el diablo de la cruz. 90

¿Qué me quieres, Lagartija?

Lagartija La Salmerona y la Pava,

la Mendoza y la Librija,

que es cada cual por sí brava,

gananciosa y buena hija, 95

te suplican que esta tarde,

allá cuando el sol no arde

y hiere en rayo sencillo,

en el famoso Alamillo

hagas de tu vista alarde. 100

Lugo ¿Hay regodeo?

Lagartija Hay merienda,

que las más famosas cenas

ante ella cogen la rienda:

cazuelas de berenjenas

serán penúltima ofrenda. 105

Hay el conejo empanado,

por mil partes traspasado

con saetas de tocino;

blanco el pan, aloque el vino,

y hay turrón alicantado. 110

Cada cual para esto roba

blancas vistosas y nuevas,

una y otra rica coba;

dales limones las Cuevas

y naranjas el Alcoba. 115

Daráles en un instante

el pescador arrogante,

más que le hay del norte al sur,

el gordo y sabroso albur

y la anguila resbalante. 120

El sábalo vivo, vivo,

colear en la caldera,

o saltar en fuego esquivo,

verás en mejor manera

que te lo pinto y describo. 125

El pintado camarón,

con el partido limón

y bien molida pimienta,

verás cómo el gusto aumenta

y le saca de harón. 130

Lugo ¡Lagartija, bien lo pintas!

Lagartija Pues llevan otras mil cosas

de comer, varias, distintas,

que a voluntades golosas

las harán poner en quintas. 135

Lugo ¿Qué es en quintas?

Lagartija En división,

llevándose la afición

aquí y alí y acullá:

que la variedad hará

no atinar con la razón. 140

Lugo ¿Y quién va con ellas?

Lagartija ¿Quién?

El Patojo, y el Mochuelo,

y el Tuerto del Almadén.

Lugo Que ha de haber soplo recelo.

Lagartija Ve tú, y se hará todo bien. 145

Lugo Quizá, por tu gusto iré;

que tienes un no sé qué

de agudeza, que me encanta.

Lagartija Mi boca pongo en la planta

de tu valeroso pie. 150

Lugo ¡Alza, rapaz lisonjero,

indigno del vil oficio

que tienes!

Lagartija Pues dél espero

salir presto a otro ejercicio

que muestre ser perulero. 155

Lugo ¿Qué ejercicio?

Lagartija Señor Lugo,

será ejercicio de jugo,

puesto que en él se trabaja,

que es jugador de ventaja,

y de las bolsas verdugo. 160

¿No has visto tú por ahí

mil con capas guarnecidas,

volantes más que un neblí,

que en dos barajas bruñidas

encierran un Potosí? 165

Cuál destos se finge manco

para dar un toque franco

al más agudo, y me alegro

de ver no usar de su negro

hasta que topen un blanco. 170

Lugo ¡Mucho sabes! ¿Qué papel

es el que traes en el pecho?

Lagartija ¿Descúbreseme algo dél?

Todo el seso sin provecho

de Apolo se encierra en él. 175

Es un romance jácaro,

que le igualo y le comparo

al mejor que se ha compuesto;

echa de la hampa el resto

en estilo jaco y raro. 180

Tiene vocablos modernos,

de tal manera que encantan;

unos bravos, y otros tiernos;

ya a los cielos se levantan,

ya bajan a los infiernos. 185

Lugo Dile, pues.

Lagartija Séle de coro;

que ninguna cosa ignoro

de aquesta que a luz se saque.

Lugo ¿Y de qué trata?

Lagartija De un jaque

que se tomó con un toro. 190

Lugo Vaya, Lagartija.

Lagartija Vaya,

y todo el mundo esté atento

a mirar cómo se ensaya

a pasar mi entendimiento

del que más sube la raya. 195

«Año de mil y quinientos

y treinta y cuatro corría,

a veinte y cinco de mayo,

martes, acïago día,

sucedió un caso notable 200

en la ciudad de Sevilla,

digno que ciegos le canten,

y que poetas le escriban.

Del gran corral de los Olmos,

do está la jacarandina, 205

sale Reguilete, el jaque,

vestido a las maravillas.

No va la vuelta del Cairo,

del Catay ni de la China,

ni de Flandes, ni Alemania, 210

ni menos de Lombardía:

va la vuelta de la plaza

de San Francisco bendita,

que corren toros en ella

por Santa Justa y Rufina; 215

y, apenas entró en la plaza,

cuando se lleva la vista

tras sí de todos los ojos,

que su buen donaire miran.

Salió en esto un toro hosco, 220

¡válasme Santa María!,

y, arremetiendo con él,

dio con él patas arriba.

Dejóle muerto y mohíno,

bañado en su sangre misma; 225

y aquí da fin el romance

porque llegó el de su vida.»

Lugo ¿Y éste es el romance bravo

que decías?

Lagartija Su llaneza

y su buen decir alabo; 230

y más, que muestra agudeza

en llegar tan presto al cabo.

Lugo ¿Quién le compuso?

Lagartija Tristán,

que gobierna en San Román

la bendita sacristía, 235

que excede en la poesía

a Garcilaso y Boscán.

Entra, a este instante, una dama, con el manto hasta la mitad del rostro.

Dama Una palabra, galán.

Lugo Ve con Dios; y quizá iré,

si estás cierto que allá van. 240

Lagartija Digo que van, yo lo sé;

y sé que te aguardarán.

Éntrase Lagartija.

Dama Arrastrada de un deseo

sin provecho resistido,

a hurto de mi marido, 245

delante de vos me veo.

Lo que este manto os encubre,

mirad, y después veréis

Mírala por debajo del manto.

si es razón que remediéis

lo que la lengua os descubre. 250

¿Conocéisme?

Lugo Demasiado.

Dama En eso veréis la fuerza

que me incita, y aun me fuerza,

a ponerme en este estado;

mas, porque no estéis en calma 255

pensando a qué es mi venida,

digo que a daros mi vida

con la voluntad del alma.

Vuestra rara valentía

y vuestro despejo han hecho 260

tanta impresión en mi pecho,

que pienso en vos noche y día.

Quítame este pensamiento

pensar en mi calidad,

y al gusto la voluntad 265

da libre consentimiento;

y así, sin guardar decoro

a quien soy en ningún modo,

habré de decirlo todo:

sabed, Lugo, que os adoro. 270

No fea, y muy rica soy;

sabré dar, sabré querer,

y esto lo echaréis de ver

por este trance en que estoy;

que la mujer ya rendida, 275

aunque es toda mezquindad,

muestra liberalidad

con el dueño de su vida.

En la tuya o en mi casa,

de mí y de mi hacienda puedes 280

prometerte, no mercedes,

sino servicios sin tasa;

y, pues miedo no te alcanza,

no te le dé mi marido,

que el engaño siempre ha sido 285

parcial de la confianza.

No llegan de los recelos,

porque los tiene discretos,

a hacer los tristes efectos

que suelen hacer los celos; 290

y, porque nunca ocasión

de tenerlos yo le he dado,

le juzgo por engañado

a nuestra satisfación.

¿Para qué arrugas la frente 295

y alzas las cejas? ¿Qué es esto?

Lugo En admiración me ha puesto

tu deseo impertinente.

Pudieras, ya que querías

satisfacer tu mal gusto, 300

buscar un sujeto al justo

de tus grandes bizarrías;

pudieras, como entre peras,

escoger en la ciudad

quien diera a tu voluntad 305

satisfación con más veras;

y así, tuviera disculpa

con la alteza del empleo

tu mal nacido deseo,

que en mi bajeza te culpa. 310

Yo soy un pobre criado

de un inquisidor, cual sabes,

de caudal, que está sin llaves,

entre libros abreviado;

vivo a lo de Dios es Cristo, 315

sin estrechar el deseo,

y siempre traigo el baldeo

como sacabuche listo;

ocúpome en bajas cosas,

y en todas soy tan terrible, 320

que el acudir no es posible

a las que son amorosas:

a lo menos, a las altas,

como en las que en ti señalas;

que son de cuervo mis alas. 325

Dama No te pintes con más faltas,

porque en mi imaginación

te tiene amor retratado

del modo que tú has contado,

pero con más perfección. 330

No pido hagas quimeras

de ti mismo; sólo pido,

deseo bien comedido,

que, pues te quiero, me quieras.

Pero, ¡ay de mí, desdichada! 335

¡Mi marido! ¿Qué haré?

Tiemblo y temo, aunque bien sé

que vengo bien disfrazada.

Entra su marido.

Lugo Sosegaos, no os desviéis,

que no os ha de descubrir. 340

Dama Aunque me quisiera ir,

no puedo mover los pies.

Marido Señor Lugo, ¿qué hay de nuevo?

Lugo Cierta cosa que contaros,

que me obligaba a buscaros. 345

Dama Irme quiero, y no me atrevo.

Marido Aquí me tenéis; mirad

lo que tenéis que decirme.

Dama Harto mejor fuera irme.

Lugo Llegaos aquí y escuchad. 350

La hermosura que dar quiso

el cielo a vuestra mujer,

con que la vino a hacer

en la tierra un paraíso,

ha encendido de manera 355

de un mancebo el corazón,

que le tiene hecho carbón

de la amorosa hoguera.

Es rico y es poderoso,

y atrevido de tal modo, 360

que atropella y rompe todo

lo que es más dificultoso.

No quiere usar de los medios

de ofrecer ni de rogar,

porque, en su mal, quiere usar 365

de otros más breves remedios.

Dice que la honestidad

de vuestra consorte es tanta,

que le admira y que le espanta

tanto como la beldad. 370

Por jamás le ha descubierto

su lascivo pensamiento;

que queda su atrevimiento,

ante su recato, muerto.

Marido ¿Es hombre que entra en mi casa? 375

Lugo Róndala, mas no entra en ella.

Marido Quien casa con mujer bella,

de su honra se descasa,

si no lo remedia el cielo.

Dama [Aparte] ¿Qué es lo que tratan los dos? 380

¿Si es de mí? ¡Válgame Dios,

de cuántos males recelo!

Lugo Digo, en fin, que es tal el fuego

que a este amante abrasa y fuerza,

que quiere usar de la fuerza 385

en cambio y lugar del ruego.

Robar quiere a vuestra esposa,

ayudado de otra gente

como yo, desta valiente,

atrevida y licenciosa. 390

Hame dado cuenta dello,

casi como a principal

desta canalla mortal,

que en hacer mal echa el sello.

Yo, aunque soy mozo arriscado, 395

de los de campo través,

ni mato por interés,

ni de ruindades me agrado.

De ayudalle he prometido,

con intento de avisaros; 400

que es fácil el repararos,

estando así prevenido.

Marido ¿Soy hombre yo de amenazas?

Tengo valor, ciño espada.

Lugo No hay valor que pueda nada 405

contra las traidoras trazas.

Marido En fin: ¿mi consorte ignora

todo este cuento?

Lugo Así ella

os ofende, como aquella

cubierta y buena señora. 410

Por el cielo santo os juro

que no sabe nada desto.

Marido De ausentarla estoy dispuesto.

Lugo Eso es lo que yo procuro.

Marido Yo la pondré donde el viento 415

apenas pueda tocalla.

Lugo En el recato se halla

buen fin del dudoso intento.

Retiradla, que la ausencia

hace, pasando los días, 420

volver las entrañas frías

que abrasaba la presencia;

y nunca en la poca edad

tiene firme asiento amor,

y siempre el mozo amador 425

huye la dificultad.

Marido El aviso os agradezco,

señor Lugo, y algún día

sabréis de mi cortesía

si vuestra amistad merezco. 430

El nombre saber quisiera

dese galán que me acosa.

Lugo Eso es pedirme una cosa

que de quien soy no se espera.

Basta que vais avisado 435

de lo que más os conviene,

y este negocio no tiene

más de lo que os he contado.

Vuestra consorte, inocente

está de todo este hecho; 440

vos, con esto satisfecho,

haced como hombre prudente.

Marido Casa fuerte y heredad

tengo en no pequeña aldea,

y llaves, que harán que sea 445

grande la dificultad

que se oponga al mal intento

dese atrevido mancebo.

Quedaos, que en el alma llevo

más de un vario pensamiento. 450

Vase el marido.

Dama Entre los dientes ya estaba

el alma para dejarme;

quise, y no pude mudarme,

aunque más lo procuraba.

¡Mucho esfuerzo ha menester 455

quien, con traidora conciencia,

no se alborota en presencia

de aquel que quiere ofender!

Lugo Y más si la ofensa es hecha

de la mujer al marido. 460

Dama El nublado ya se ha ido;

hazme agora satisfecha,

contándome qué querías

a mi esclavo y mi señor.

lugo Hanme hecho corredor 465

de no sé qué mercancías.

Díjele, si las quería,

que fuésemos luego a vellas.

Dama ¿De qué calidad son ellas?

Lugo De la mayor cuantía; 470

que le importa, estoy pensando,

comprallas, honor y hacienda.

Dama ¿Cómo haré yo que él entienda

esa importancia?

Lugo Callando.

Calla y vete, y así harás 475

muy segura su ganancia.

Dama ¿Pues qué traza de importancia

en lo de gozarnos das?

Lugo Ninguna que sea de gusto;

por hoy, a lo menos.

Dama Pues, 480

¿cuándo la darás, si es

que gustas de lo que gusto?

Lugo Yo haré por verme contigo.

Vete en paz.

Dama Con ella queda,

y el amor contigo pueda 485

todo aquello que conmigo.

Lugo Como de rayo del cielo,

como en el mar de tormenta,

como de improviso afrenta

y terremoto del suelo; 490

como de fiera indignada,

del vulgo insolente y libre,

pediré a Dios que me libre

de mujer determinada.

Éntrase Lugo.

Sale el licenciado Tello de Sandoval, amo de Cristóbal de Lugo, y el alguacil que salió primero.

Tello ¿Pasan de mocedades?

Alguacil Es de modo 495

que, si no se remedia, a buen seguro

que ha de escandalizar [al] pueblo todo.

Como cristiano, a vuesa merced juro

que piensa y hace tales travesuras,

que nadie dél se tiene por seguro. 500

Tello ¿Es ladrón?

Alguacil No, por cierto.

Tello ¿Quita a escuras

las capas en poblado?

Alguacil No, tampoco.

Tello ¿Qué hace, pues?

Alguacil Otras cien mil diabluras.

Esto de valentón le vuelve loco:

aquí riñe, allí hiere, allí se arroja, 505

y es en el trato airado el rey y el coco;

con una daga que le sirve de hoja,

y un broquel que pendiente tray al lado,

sale con lo que quiere o se le antoja.

Es de toda la hampa respetado, 510

averigua pendencias y las hace,

estafa, y es señor de lo guisado;

entre rufos, él hace y él deshace,

el corral de los Olmos le da parias,

y en el dar cantaletas se complace. 515

Por tres heridas de personas varias,

tres mandamientos traigo y no ejecuto,

y otros dos tiene el alguacil Pedro Arias.

Muchas veces he estado resoluto

de aventurallo todo y de prendelle, 520

o ya a la clara, o ya con modo astuto;

pero, viendo que da en favorecelle

tanto vuesa merced, aun no me atrevo

a miralle, tocalle ni ofendelle.

Tello Esa deuda conozco que la debo, 525

y la pagaré algún día,

y procuraré que Lugo

use de más cortesía,

o le seré yo verdugo,

por vida del alma mía. 530

Mas lo mejor es quitalle

de aquesta tierra y llevalle

a Méjico, donde voy,

no obstante que puesto estoy

en reñille y castigalle. 535

Vuesa merced en buen hora

vaya, que yo le agradezco

el aviso, y desde agora

todo por suyo me ofrezco.

Alguacil Ya adivino su mejora 540

sacándole de Sevilla,

que es tierra do la semilla

holgazana se levanta

sobre cualquiera otra planta

que por virtud maravilla. 545

Éntrase el alguacil.

Tello ¡Que aqueste mozo me engañe,

y que tan a suelta rienda

a mi honor y su alma dañe!

Pues yo haré, si no se enmienda,

que de mi favor se estrañe: 550

que, viéndose sin ayuda,

será posible que acuda

a la enmienda de su error;

que a la sombra del favor

crecen los vicios, sin duda. 555

Éntrase Tello.

Salen dos músicos con guitarras, y Cristóbal con su broquel y daga de ganchos.

Lugo Toquen, que ésta es la casa, y al seguro

que presto llegue el bramo a los oídos

de la ninfa, que he dicho, jerezana,

cuya vida y milagros en mi lengua

viene cifrada en verso correntío. 560

A la jácara toquen, pues comienzo.

Músico 1 ¿Quieres que le rompamos las ventanas

antes de comenzar, porque esté atenta?

Lugo Acabada la música, andaremos

aquestas estaciones. Vaya agora 565

el guitarresco son, y el aquelindo.

Tocan.

Escucha, la que veniste

de la jerezana tierra

a hacer a Sevilla guerra

en cueros, como valiente; 570

la que llama su pariente

al gran Miramamolín;

la que se precia de ruin,

como otras de generosas;

la que tiene cuatro cosas, 575

y aun cuatro mil, que son malas;

la que pasea sin alas

los aires en noche escura;

la que tiene a gran ventura

ser amiga de un lacayo; 580

la que tiene un papagayo

que siempre la llama puta;

la que en vieja y en astuta

da quinao a Celestina;

la que, como golondrina, 585

muda tierras y sazones;

la que a pares, y aun a nones,

ha ganado lo que tiene;

la que no se desaviene

por poco que se le dé; 590

la que su palabra y fe

que diese jamás guardó;

la que en darse a sí excedió

a las godeñas más francas;

la que echa por cinco blancas 595

las habas y el cedacillo.

Asómase a la ventana uno medio desnudo, con un paño de tocar y un candil.

Uno ¿Están en sí, señores? ¿No dan cata

que no los oye nadie en esta casa?

Músico 1 ¿Cómo así, tajamoco?

Uno Porque el dueño

ha que está ya a la sombra cuatro días. 600

Músico 2 Convaleciente, di: ¿cómo, a la sombra?

Uno En la cárcel; ¿no entrevan?

Lugo ¿En la cárcel?

Pues, ¿por qué la llevaron?

Uno Por amiga

de aquel Pierres Papín, el de los naipes.

Músico 1 ¿Aquel francés giboso?

Uno Aquese mismo, 605

que en la cal de la Sierpe tiene tienda.

Lugo ¡Éntrate, bodegón almidonado!

Músico 2 ¡Zabúllete, fantasma antojadiza!

Músico 1 ¡Escóndete, podenco cuartanario!

Uno Éntrome, ladroncitos en cuadrilla; 610

zabúllome, cernícalos rateros;

escóndome, corchetes a lo Caco.

Lugo ¡Vive Dios, que es de humor el hideputa!

Uno No tire nadie; estén las manos quedas,

y anden las lenguas.

Músico 1 ¿Quién te tira, sucio? 615

Uno ¿Hay más? ¡Si no me abajo, cuál me paran!

¡Mancebitos, adiós!; que no soy pera,

que me han de derribar a terronazos.

Éntrase.

Lugo ¿Han visto los melindres del bellaco?

No le tiran, y quéjase.

Músico 2 Éste es un sastre 620

remendón muy donoso.

Músico 1 ¿Qué haremos?

Lugo Vamos a dar asalto al pastelero

que está aquí cerca.

Músico 2 Vamos, que ya es hora

que esté haciendo pasteles; que este ciego

que viene aquí nos da a entender cuán cerca 625

Entra un ciego.

viene ya el día.

Ciego No he madrugado mucho,

pues que ya suena gente por la calle.

Hoy quiero comenzar por este sastre.

Lugo ¡Hola, ciego, buen hombre!

Ciego ¿Quién me llama?

Lugo Tomad aqueste real, y diez y siete 630

oraciones decid, una tras otra,

por las almas que están en purgatorio.

Ciego Que me place, señor, y haré mis fuerzas

por decirlas devota y claramente.

Lugo No me las engulláis, ni me echéis sisa 635

en ellas.

Ciego No, señor; ni por semejas.

A las Gradas me voy, y allí, sentado,

las diré poco a poco.

Lugo ¡Dios os guíe!

Vase el ciego.

Músico 1 ¿Quédate para vino, Lugo amigo?

Lugo Ni aun un solo cornado.

Músico 2 ¡Vive Roque, 640

que tienes condición extraordinaria!

Muchas veces te he visto dar limosna

al tiempo que la lengua se nos pega

al paladar, y sin dejar siquiera

para comprar un polvo de Cazalla. 645

Lugo Las ánimas me llevan cuanto tengo;

mas yo tengo esperanza que algún día

lo tienen de volver ciento por uno.

Músico 2 ¡A la larga lo tomas!

Lugo Y a lo corto;

que al bien hacer jamás le falta premio. 650

Suena dentro como que hacen pasteles, y canta uno dentro lo siguiente:

[Uno] ¡Afuera, consejos vanos,

que despertáis mi dolor!

No me toquen vuestras manos;

que, en los consejos de amor,

los que matan son los sanos. 655

Músico 1 ¡Hola! Cantando está el pastelerazo,

y, por lo menos, los "consejos vanos".

¿Tienes pasteles, cangilón con tetas?

Pastelero ¡Músico de mohatra sincopado!

Lugo Pastelero de riego, ¿no respondes? 660

Pastelero Pasteles tengo, mancebitos hampos;

mas no son para ellos, corchapines.

Lugo ¡Abre, socarra, y danos de tu obra!

Pastelero ¡No quiero, socarrones! ¡A otra puerta,

que no se abre aquésta por agora! 665

Lugo ¡Por Dios, que a puntapiés la haga leña

si acaso no nos abres, buenos vinos!

Pastelero ¡Por Dios, que no he de abrir, malos vinagres!

Lugo "¡Agora lo veredes!", dijo Agrajes.

Músico 1 ¡Paso, no la derribes! ¡Lugo, tente! 670

Da de coces a la puerta; sale el pastelero y sus secuaces con palas y barrederos y asadores.

Pastelero ¡Bellacos, no hay aquí Agrajes que valgan;

que, si tocan historias, tocaremos

palas y chuzos!

Músico 2 ¡Enciérrate, capacho!

Lugo ¿Quieres que te derribe aquesas muelas,

remero de Carón el chamuscado? 675

Pastelero ¡Cuerpo de mí! ¿Es Cristóbal el de Tello?

Músico 1 Él es. ¿Por qué lo dices, zangomango?

Pastelero Dígolo porque yo le soy amigo

y muy su servidor, y para cuatro

o para seis pasteles no tenía 680

para qué romper puertas ni ventanas,

ni darme cantaletas ni matracas.

Entre Cristóbal, sus amigos entren,

y allánese la tienda por el suelo.

Lugo ¡Vive Dios, que eres príncipe entre príncipes, 685

y que esa sumisión te ha de hacer franco

de todo mi rigor y mal talante!

Enváinense la pala y barrederas,

y amigos usque ad mortem.

Pastelero Por San Pito,

que han de entrar todos, y la buena estrena 690

han de hacer a la hornada, que ya sale;

y más, que tengo de Alanís un cuero

que se viene a las barbas y a los ojos.

Músico 1 De miedo hace todo cuanto hace

aqueste marión.

lugo No importa nada. 695

Asgamos la ocasión por el harapo,

por el hopo o copete, como dicen,

ora la ofrezca el miedo o cortesía.

El señor pastelero es cortesísimo,

y yo le soy amigo verdadero, 700

y hacer su gusto por mi gusto quiero.

Éntranse todos. Sale Antonia con su manto, no muy aderezada, sino honesta.

Antonia Si ahora yo le hallase

en su aposento, no habría

cosa de que más gustase;

quizá a solas le diría 705

alguna que le ablandase.

Atrevimiento es el mío:

pero dame esfuerzo y brío

estos celos y este amor,

que rinden con su rigor 710

al más esento albedrío.

Ésta es la casa, y la puerta,

como pide mi deseo,

parece que está entreabierta;

mas, ¡ay!, que a sus quicios veo 715

yacer mi esperanza muerta.

Apenas puedo moverme;

pero, en fin, he de atreverme,

aunque tan cobarde estoy,

porque en el punto de hoy 720

está el ganarme o perderme.

Sale el inquisidor Tello de Sandoval, con ropa de levantar, rezando en unas Horas.

Tello Deus in adiutorium meum intende,

Domine, ad adiuvandum me festina.

Gloria Patri, et Filio et Spiritui Sancto, Sicut erat, etc.

¿Quién está ahí? ¿Qué ruido

es ése? ¿Quién está ahí?

Antonia ¡Ay desdichada de mí!

¿Qué es lo que me ha sucedido? 725

Tello Pues, señora, ¿qué buscáis

tan de mañana en mi casa?

Éste de madrugar pasa.

No os turbéis. ¿De qué os turbáis?

Antonia ¡Señor!

Tello Adelante. ¿Qué es? 730

Proseguid vuestra razón.

Antonia Nunca la errada intención

supo enderezar los pies.

A Lugo vengo a buscar.

Tello ¿Mi criado?

Antonia Sí, señor. 735

Tello ¿Tan de mañana?

Antonia El amor

tal vez hace madrugar.

Tello ¿Bien le queréis?

Antonia No lo niego;

mas quiérole en parte buena.

Tello El madrugar os condena. 740

Antonia Siempre es solícito el fuego.

Tello En otra parte buscad

materia que le apliquéis,

que en mi casa no hallaréi[s]

sino toda honestidad; 745

y si el mozo da ocasión

que le busquéis, yo haré

que desde hoy más no os la dé.

Antonia Enójase sin razón

vuesa merced; que, en mi alma, 750

que el mancebo es de manera,

que puede llevar do quiera

entre mil honestos palma.

Verdad es que él es travieso,

matante, acuchillador; 755

pero, en cosas del amor,

por un leño le confieso.

No me lleva a mí tras él

Venus blanda y amorosa,

sino su aguda ganchosa 760

y su acerado broquel.

Tello ¿Es valiente?

Antonia Muy bien puedes

sin escrúpulo igualalle,

y aun quizá será agravialle,

a García de Paredes. 765

Y por esto este mocito

trae a todas las del trato

muertas; por ser tan bravato;

que en lo demás es bendito.

Tello Óigole. Escondeos aquí, 770

porque quiero hablar con él

sin que os vea.

Antonia ¡Que no es él!

Tello Es, sin duda; yo le oí.

Después os daré lugar

para hablarle.

Antonia Sea en buen hora. 775

Escóndese Antonia. Entra Lugo en cuerpo, pendiente a las espaldas el broquel y la daga, y trae el rosario en la mano.

Lugo Mi señor suele a esta hora

de ordinario madrugar.

Mirad si lo dije bien;

hele aquí. Yo apostaré

que hay sermón do no pensé. 780

Acábese presto. Amén.

Tello ¿De dónde venís, mancebo?

Lugo ¿De dó tengo de venir?

Tello De matar y de herir,

que esto para vos no es nuevo. 785

Lugo A nadie hiero ni mato.

Tello Siete veces te he librado

de la cárcel.

Lugo Ya es pasado

aquése, y tengo otro trato.

Tello Más sé que hay de un mandamiento 790

para prenderte en la plaza.

Lugo Sí; mas ninguno amenaza

a que dé coces al viento:

que todas son liviandades

de mozo las que me culpan, 795

y a mí mismo me disculpan,

pues no llegan a maldades.

Ellas son cortar la cara

a un valentón arrogante,

una matraca picante, 800

aguda, graciosa y rara;

calcorrear diez pasteles

o cajas de diacitrón;

sustanciar una quistión

entre dos jaques noveles; 805

el tener en la dehesa

dos vacas, y a veces tres,

pero sin el interés

que en el trato se profesa;

procurar que ningún rufo 810

se entone do yo estuviere,

y que estime, sea quien fuere,

la suela de mi pantufo.

Estas y otras cosas tales

hago por mi pasatiempo, 815

demás que rezo algún tiempo

los psalmos penitenciales;

y, aunque peco de ordinario,

pienso, y ello será ansí,

dar buena cuenta de mí 820

por las de aqueste rosario.

Tello Dime, simple: ¿y tú no ves

que desa tu plata y cobre,

es dar en limosna al pobre

del puerco hurtado los pies? 825

Haces a Dios mil ofensas,

como dices, de ordinario,

¿y con rezar un rosario,

sin más, ir al cielo piensas?

Entra por un libro allí, 830

que está sobre aquella mesa.

Dime: ¿qué manera es ésa

de andar, que jamás la vi?

¿Hacia atrás? ¿Eres cangrejo?

Vuélvete. ¿Qué novedad 835

es ésa?

Lugo Es curiosidad

y cortesano consejo

que no vuelva el buen criado

las espaldas al señor.

Tello Crianza de tal tenor, 840

en ninguno la he notado.

Vuelve, digo.

Lugo Ya me vuelvo:

que por esto el paso atrás

daba.

Tello En que eres Satanás

desde agora me resuelvo. 845

¿Armado en casa? ¿Por suerte

tienes en ella enemigos?

Sí tendrás, cual son testigos

los ministros de la muerte

que penden de tu pretina, 850

y en ellos has confirmado

que el mozo descaminado,

como tú, hacia atrás camina.

¡Bien iré a la Nueva España

cargado de ti, malino; 855

bien a hacer este camino

tu ingenio y virtud se amaña!

Si, en lugar de libros, llevas

estas joyas que veo aquí,

por cierto que das de ti 860

grandes e ingeniosas pruebas.

¡Bien responde la esperanza

en que engañado he vivido

al cuidado que he tenido

de tu estudio y tu crianza! 865

¡Bien me pagas, bien procuras

que tu humilde nacimiento

en ti cobre nuevo asiento,

menos bríos y venturas!

En balde será avisarte, 870

por ejemplos que te den,

que nunca se avienen bien

Aristóteles y Marte,

y que está en los aranceles

de la discreción mejor 875

que no guardan un tenor

las súmulas y broqueles.

Espera, que quiero darte

un testigo de quién eres,

si es que hacen las mujeres 880

alguna fe en esta parte.

Salid, señora, y hablad

a vuestro duro diamante,

honesto, pero matante,

valiente, pero rufián. 885

Sale Antonia.

Lugo Demonio, ¿quién te ha traído

aquí? ¿Por qué me persigues,

si ningún fruto consigues

de tu intento malnacido?

Entra Lagartija, asustado.

Tello Mancebo, ¿qué buscáis vos? 890

¡Con sobresalto venís!

¿Qué respondéis? ¿Qué decís?

Lagartija Digo que me valga Dios;

digo que al so Lugo busco.

Tello Veisle ahí: dadle el recado. 895

Lagartija De cansado y de turbado,

en las palabras me ofusco.

Lugo Sosiégate, Lagartija,

y dime lo que me quieres.

Lagartija Considerando quién eres, 900

mi alma se regocija

y espera de tu valor

que saldrás con cualquier cosa.

Lugo Bien; ¿qué hay?

Lagartija ¡A Carrascosa

le llevan preso, señor! 905

Lugo ¿Al padre?

Lagartija Al mismo.

Lugo ¿Por dónde

le llevan? ¡Dímelo, acaba!

Lagartija Poquito habrá que llegaba

junto a la puerta del conde

del Castellar.

Lugo ¿Quién le lleva, 910

y por qué, si lo has sabido?

Lagartija Por pendencia, a lo que he oído;

y el alguacil Villanueva,

con dos corchetes, en peso

le llevan, como a un ladrón. 915

¡Quebrárate el corazón

si le vieras!

Lugo ¡Bueno es eso!

Camina y guía, y espera

buen suceso deste caso,

si los alcanza mi paso. 920

Lagartija ¡Muera Villanueva!

Lugo ¡Muera!

Vase Lagartija y Lugo, alborotados.

Tello ¿Qué padre es éste? ¿Por dicha,

llevan a algún fraile preso?

Antonia No, señor, no es nada deso:

que éste es padre de desdicha, 925

puesto que en su oficio gana

más que dos padres, y aun tres.

Tello Decidme de qué Orden es.

Antonia De los de la casa llana.

Es alcaide, con perdón, 930

señor, de la mancebía,

a quien llaman padre hoy día

las de nuestra profesión;

su tenencia es casa llana,

porque se allanan en ella 935

cuantas viven dentro della.

Tello Bien el nombre se profana

en eso de alcaide y padre,

nombres honrados y buenos.

Antonia Quien vive en ella, a lo menos, 940

no estará sin padre y madre

jamás.

Tello Ahora bien: señora,

id con Dios, que a este mancebo

yo os le pondré como nuevo.

Antonia Tras él voy.

Tello Id en buen hora. 945

Sale el Alguacil que suele, con dos corchetes, que traen preso a Carrascosa, padre de la mancebía.

Padre Soy de los Carrascosas de Antequera,

y tengo oficio honrado en la república,

y háseme de tratar de otra manera.

Solíanme hablar a mí por súplica,

y es mal hecho y mal caso que se atreva 950

hacerme un alguacil afrenta pública.

Si a un personaje como yo se lleva

de aqueste modo, ¿qué hará a un mal hombre?

Por Dios, que anda muy mal, sor Villanueva;

mire que da ocasión a que se asombre 955

el que viere tratarme desta suerte.

Alguacil Calle, y la calle con más prisa escombre,

porque le irá mejor, si en ello advierte.

Entra a este instante Lugo, puesta la mano en la daga y el broquel; viene con él Lagartija y Lobillo.

Lugo Todo viviente se tenga,

y suelten a Carrascosa 960

para que conmigo venga,

y no se haga otra cosa,

aunque a su oficio convenga.

Ea, señor Villanueva,

dé de contentarme prueba, 965

como otras veces lo hace.

Alguacil Señor Lugo, que me place.

Corchete ¡Juro a mí que se le lleva!

Lugo Padre Carrascosa, vaya

y éntrese en San Salvador, 970

y a su temor ponga raya.

Lagartija Este Cid Campeador

mil años viva y bien haya.

Alguacil Cristóbal, eche de ver

que no me quiero perder 975

y que le sirvo.

Lugo Está bien;

yo lo miraré muy bien

cuando fuere menester.

Alguacil ¡Agradézcalo al padrino,

señor padre!

Lobillo No haya más, 980

y siga en paz su camino.

Corchete ¿Este mozo es Barrabás,

o es Orlando el Paladino?

¡No hay hacer baza con él!

Éntrase el Alguacil y los corchetes.

Padre Nuevo español bravonel, 985

con tus bravatas bizarras

me has librado de las garras

de aquel tacaño Luzbel.

Yo me voy a retraer,

por sí o por no. ¡Queda en paz, 990

honor de la hampa y ser!

Lugo Dices bien, y aqueso haz,

que yo después te iré a ver.

¡Bien se ha negociado!

Lobillo Bien;

sin sangre, sin hierro o fuego. 995

Lugo De cólera venía ciego,

y enfadado.

Lobillo Y yo también.

Vamos a cortarla aquí

con un polvo de lo caro.

Lugo En otras cosas reparo 1000

que me importan más a mí.

Ir quiero agora a jugar

con Gilberto, un estudiante

que siempre ha sido mi azar,

hombre que ha de ser bastante 1005

a hacerme desesperar.

Cuanto tengo me ha ganado;

solamente me han quedado

unas súmulas, y a fe

que, si las pierdo, que sé 1010

cómo esquitarme al doblado.

Lobillo Yo te daré una baraja

hecha, con que le despojes

sin que le dejes alhaja.

Lugo ¡Largo medio es el que escoges! 1015

Otro sé por do se ataja.

Juro a Dios omnipotente

que, si las pierdo al presente,

me he de hacer salteador.

Lobillo ¡Resolución de valor 1020

y traza de hombre prudente!

Si pierdes, ¡ojalá pierdas!,

yo mostraré en tu ejercicio

que estas manos no son lerdas.

Lagartija Siempre fue usado este oficio 1025

de personas que son cuerdas,

industriosas y valientes,

por los casos diferentes

que se ofrecen de contino.

Lobillo De seguirte determino. 1030

Lagartija Por tuyo es bien que me cuentes.

Ya ves que mi voluntad

es de alquimia, que se aplica

al bien como a la maldad.

Lugo Esa verdad testifica 1035

tu fácil habilidad.

No te dejaré jamás;

y adiós.

Lobillo Lugo, ¿qué, te vas?

Lugo Luego seré con vosotros.

Lagartija Pues, ¡sus!, vámonos nosotros 1040

a la ermita del Compás.

Éntranse todos, y sale Peralta, estudiante, y Antonia.

Antonia Si ha de ser hallarle acaso,

mis desdichas son mayores.

Peralta ¿Son celos, o son amores

los que aquí os guían el paso, 1045

señora Antonia?

Antonia No sé,

si no es rabia, lo que sea.

Peralta Por cierto, muy mal se emplea

en tal sujeto tal fe.

Antonia No hay parte tan escondida, 1050

do no se sepa mi historia.

Peralta Hácela a todos notoria

el veros andar perdida

buscando siempre a este hombre.

Antonia ¿Hombre? Si él lo fuera, fuera 1055

descanso mi angustia fiera.

Mas no tiene más del nombre;

conmigo, a lo menos.

Peralta ¿Cómo?

Antonia Esto, sin duda, es así;

que Amor le hirió para mí 1060

con las saetas de plomo.

No hay yelo que se le iguale.

Peralta Pues, ¿por qué le queréis tanto?

Antonia Porque me alegro y me espanto

de lo que con hombres vale. 1065

¿Hay más que ver que le dan

parias los más arrogantes,

de la heria los matantes,

los bravos de San Román?

¿Y hay más que vivir segura, 1070

la que fuere su respeto,

de verse en ningún aprieto

de los de nuestra soltura?

Quien tiene nombre de suya,

vive alegre y respetada; 1075

a razón enamorada,

no hay ninguna que la arguya.

Vase Antonia.

Peralta Estas señoras del trato

precian más, en conclusión,

un socarra valentón 1080

que un Medoro gallinato.

En efecto, gran lisión

es la desta moza loca.

Ya la campanilla toca;

entrémonos a lición. 1085

Entra Peralta, y salen Gilberto, estudiante, y Lugo.



Gilberto Ya irás contento, y ya puedes

dejar de gruñir un rato,

y ya puedes dar barato

tal, que parezcan mercedes.

Más me has ganado este día, 1090

que yo en ciento te he ganado.

Lugo Así es verdad.

Gilberto Que buen grado

le venga a mi cortesía.

¿Yo tus súmulas? ¡Estaba

loco, sin duda ninguna! 1095

Lugo Sucesos son de fortuna.

Gilberto Ya yo los adivinaba;

porque al tahúr no le dura

mucho tiempo el alegría,

y el que de naipes se fía, 1100

tiene al quitar la ventura.

Hoy de cualquiera quistión

has de salir vitorioso;

y adiós, señor ganancioso,

que yo me vuelvo a lición. 1105

Éntrase Gilberto y sale el marido de la mujer que salió primero.

Marido Señor Lugo, a gran ventura

tengo este encuentro.

Lugo Señor,

¿qué hay de nuevo?

Marido Aquel temor

de ser ofendido aún dura.

Tengo a mi consorte amada 1110

retirada en una aldea,

y para que el sol la vea,

apenas halla la entrada.

Con aquel recato vivo

que me mandasteis tener, 1115

y muérome por saber

de quién tanto mal recibo.

Lugo Ya aquel que pudo poneros

en cuidado está de suerte

que llegará al de la muerte, 1120

y no al punto de ofenderos.

Quietad con este seguro

el celoso ansiado pecho.

Marido Con eso voy satisfecho,

y de serviros lo juro. 1125

Hacer podéis de mi hacienda,

Lugo, a vuestra voluntad.

Lugo Pasó mi necesidad,

no hay ninguna que me ofenda;

y así, sólo en recompensa 1130

recibo vuestro deseo.

marido No aquel estilo en vos veo

que el vulgo, engañado, piensa.

Adiós, señor Lugo.

Vase.

Lugo Adiós.

Entra Lagartija.

Pues, Lagartija, ¿a qué vienes? 1135

Lagartija ¡Qué gentil remanso tienes!

¿No ves que dará las dos,

Reza Lugo.

y te está esperando toda

la chirinola hampesca?

Ven, que la tarde hace fresca 1140

y a los tragos se acomoda.

¿Cuando te están esperando

tus amigos con más gusto,

andas, cual si fueras justo,

avemarías tragando? 1145

O sé rufián, o sé santo;

mira lo que más te agrada.

Voime, porque ya me enfada

tanta Gloria y Patri tanto.

Vase Lagartija.

Lugo Solo quedo, y quiero entrar 1150

en cuentas conmigo a solas,

aunque lo impidan las olas

donde temo naufragar.

Yo hice voto, si hoy perdía,

de irme a ser salteador: 1155

claro y manifiesto error

de una ciega fantasía.

Locura y atrevimiento

fue el peor que se pensó,

puesto que nunca obligó 1160

mal voto a su cumplimiento.

Pero, ¿dejaré por esto

de haber hecho una maldad,

adonde mi voluntad

echó de codicia el resto? 1165

No, por cierto. Mas, pues sé

que contrario con contrario

se cura muy de ordinario,

contrario voto haré,

y así, le hago de ser 1170

religioso. Ea, Señor;

veis aquí a este salteador

de contrario parecer.

Virgen, que Madre de Dios

fuiste por los pecadores, 1175

ya os llaman salteadores;

oídlos, Señora, vos.

Ángel de mi guarda, ahora

es menester que acudáis,

y el temor fortalezcáis 1180

que en mi alma amarga mora.

Ánimas de purgatorio,

de quien continua memoria

he tenido, séaos notoria

mi angustia, y mi mal notorio; 1185

y, pues que la caridad

entre esas llamas no os deja,

pedid a Dios que su oreja

preste a mi necesidad.

Psalmos de David benditos, 1190

cuyos misterios son tantos

que sobreceden a cuantos

renglones tenéis escritos,

vuestros conceptos me animen,

que he advertido veces tantas, 1195

a que yo ponga mis plantas

donde al alma no lastimen:

no en los montes salteando

con mal cristiano decoro,

sino en los claustros y el coro 1200

desnudas, y yo rezando.

¡Ea, demonios: por mil modos

a todos os desafío,

y en mi Dios bueno confío

que os he de vencer a todos! 1205

Éntrase, y suenan a este instante las chirimías; descúbrese una gloria o, por lo menos, un Ángel, que, en cesando la música, diga:

[Ángel] Cuando un pecador se vuelve

a Dios con humilde celo,

se hacen fiestas en el cielo.



Fin del acto primero










SEGUNDA JORNADA




Salen dos figuras de ninfas vestidas bizarramente, cada una con su tarjeta en el brazo: en la una viene escrito curiosidad; en la otra, comedia.

Curiosidad Comedia.

Comedia Curiosidad,

¿qué me quieres?

Curiosidad Informarme 1210

qué es la causa por que dejas

de usar tus antiguos trajes,

del coturno en las tragedias,

del zueco en las manuales

comedias, y de la toga 1215

en las que son principales;

cómo has reducido a tres

los cinco actos que sabes

que un tiempo te componían

ilustre, risueña y grave; 1220

ahora aquí representas,

y al mismo momento en Flandes;

truecas sin discurso alguno

tiempos, teatros, lugares.

Véote, y no te conozco; 1225

dame de ti nuevas tales

que te vuelva a conocer,

pues que soy tu amigo grande.

Comedia Los tiempos mudan las cosas

y perficionan las artes, 1230

y añadir a lo inventado

no es dificultad notable.

Buena fui pasados tiempos,

y en éstos, si los mirares,

no soy mala, aunque desdigo 1235

de aquellos preceptos graves

que me dieron y dejaron

en sus obras admirables

Séneca, Terencio y Plauto,

y otros griegos que tú sabes. 1240

He dejado parte dellos,

y he también guardado parte,

porque lo quiere así el uso,

que no se sujeta al arte.

Ya represento mil cosas, 1245

no en relación, como de antes,

sino en hecho; y así, es fuerza

que haya de mudar lugares;

que, como acontecen ellas

en muy diferentes partes, 1250

voime allí donde acontecen,

disculpa del disparate.

Ya la comedia es un mapa,

donde no un dedo distante

verás a Londres y a Roma, 1255

a Valladolid y a Gante.

Muy poco importa al oyente

que yo en un punto me pase

desde Alemania a Guinea

sin del teatro mudarme; 1260

el pensamiento es ligero:

bien pueden acompañarme

con él doquiera que fuere,

sin perderme ni cansarse.

Yo estaba ahora en Sevilla, 1265

representando con arte

la vida de un joven loco,

apasionado de Marte,

rufián en manos y lengua,

pero no que se enfrascase 1270

en admitir de perdidas

el trato y ganancia infame.

Fue estudiante y rezador

de psalmos penitenciales,

y el rosario ningún día 1275

se le pasó sin rezalle.

Su conversión fue en Toledo,

y no será bien te enfade

que, contando la verdad,

en Sevilla se relate. 1280

En Toledo se hizo clérigo,

y aquí, en Méjico, fue fraile,

adonde el discurso ahora

nos trujo aquí por el aire.

El sobrenombre de Lugo 1285

mudó en Cruz, y es bien se llame

fray Cristóbal de la Cruz

desde este punto adelante.

A Méjico y a Sevilla

he juntado en un instante, 1290

surciendo con la primera

ésta y la tercera parte:

una de su vida libre,

otra de su vida grave,

otra de su santa muerte 1295

y de sus milagros grandes.

Mal pudiera yo traer,

a estar atenida al arte,

tanto oyente por las ventas

y por tanto mar sin naves. 1300

Da lugar, Curiosidad,

que el bendito fraile sale

con fray Antonio, un corista

bueno, pero con donaires.

Fue en el siglo Lagartija, 1305

y en la religión es sacre,

de cuyo vuelo se espera

que ha de dar al cielo alcance.

[Curiosidad] Aunque no lo quedo en todo,

quedo satisfecho en parte, 1310

amiga; por esto quiero,

sin replicarte, escucharte.

Éntranse.

Sale fray Cristóbal, en hábito de Santo Domingo, y Fray Antonio también.

Antonio Sepa su paternidad...

Cruz Entone más bajo el punto

de cortesía.

Antonio En verdad, 1315

padre mío, que barrunto

que tiene su caridad

de bronce el cuerpo, y de suerte,

que tarde ha de hallar la muerte

entrada para acaballe, 1320

según da en ejercitalle

en rigor áspero y fuerte.

Cruz Es bestia la carne nuestra,

y, si rienda se le da,

tan desbocada se muestra, 1325

que nadie la volverá

de la siniestra a la diestra.

Obra por nuestros sentidos

nuestra alma: así están tapidos

y no sutiles; es fuerza 1330

que a la carrera se tuerza

por donde van los perdidos.

La lujuria está en el vino,

y a la crápula y regalo

todo vicio le es vecino. 1335

Antonio Yo, en ayunando, estoy malo,

flojo, indevoto y mohíno.

De un otro talle y manera

me hallaba yo cuando era

en Sevilla tu mandil; 1340

que hacen ingenio sutil

las blancas roscas de Utrera.

¡Oh uvas albarazadas,

que en el pago de Triana

por la noche sois cortadas, 1345

y os halláis a la mañana

tan frescas y aljofaradas,

que no hay cosa más hermosa,

ni fruta que a la golosa

voluntad ansí despierte! 1350

¡No espero verme en la suerte

que ya se pasó dichosa!

Cruz Cierto, fray Antonio amigo,

que esa consideración

es lazo que el enemigo 1355

le pone a su perdición.

Esté atento a lo que digo.

Antonio Consideraba yo agora

dónde estará la señora

Librija, o la Salmerona, 1360

cada cual, por su persona,

buena para pecadora.

¡Quién supiera de Ganchoso,

del Lobillo y de Terciado,

y del Patojo famoso! 1365

¡Oh feliz siglo dorado,

tiempo alegre y venturoso,

adonde la libertad

brindaba a la voluntad

del gusto más esquisito! 1370

Cruz ¡Calle; de Dios sea bendito!

Antonio Calle su paternidad

y déjeme, que con esto

evacuo un pésimo humor

que me es amargo y molesto. 1375

Cruz Cierto que tengo temor,

por verle tan descompuesto,

que ha de apostatar un día,

que para los dos sería

noche de luto cubierta. 1380

Antonio No saldrá por esa puerta

jamás mi melencolía;

no me he de estender a más

que a quejarme y a sentir

el ausencia del Compás. 1385

Cruz ¡Que tal te dejas decir,

fray Antonio! Loco estás;

que en el juïcio empeora

quien tal acuerdo atesora

en su memoria vilmente. 1390

Antonio Rufián corriente y moliente

fuera yo en Sevilla agora,

y tuviera en la dehesa

dos yeguas, y aun quizá tres,

diestras en el arte aviesa. 1395

Cruz De que en esas cosas des,

sabe Dios lo que me pesa;

mas yo haré la penitencia

de tu rasgada conciencia.

Quédate, Antonio, y advierte 1400

que de la vida a la muerte

hay muy poca diferencia:

quien vive bien, muere bien,

quien mal vive, muere mal.

Antonio Digo, padre, que está bien; 1405

pero no has de hacer caudal

de mí, ni enfado te den

mis palabras, que no son

nacidas del corazón,

que en sola la lengua yacen. 1410

Cruz Dan las palabras y hacen

fee de cuál es la intención.

E[n]tra un corista llamado fray Ángel; señálase con sola la A.

A Padre maestro, el prior

llama a vuestra reverencia,

y espera en el corredor. 1415

Vase luego el padre Cruz.

Antonio Más presto es a la obediencia

que el sol a dar resplandor.

Padre fray Ángel, espere.

A Diga presto qué me quiere.

Enséñale hasta una docena de naipes.

Antonio Mire.

A ¿Naipes? ¡Perdición! 1420

Antonio No se admire, hipocritón,

que el caso no lo requiere.

A ¿Quién te los dio, fray Antonio?

Antonio Una devota que tengo.

A ¿Devota? ¡Será el demonio! 1425

Antonio Nunca con él bien me avengo;

levántasle testimonio.

A ¿Están justos?

Antonio Pecadores

creo que están los señores,

pues, para cumplir cuarenta, 1430

entiendo faltan los treinta.

A Si fueran algo mejores,

buscáramos un rincón

donde podernos holgar.

Antonio Y halláramosle a sazón: 1435

que nunca suele faltar,

para hacer mal, ocasión.

¡Bien hayan los gariteros

magníficos y groseros,

que con un ánimo franco 1440

tienen patente el tabanco

para blancos y fulleros!

Vamos de aquí, que el prior

viene allí con el señor

que lo fue de nu[e]stro Cruz, 1445

gran caballero andaluz,

letrado y visitador.

Éntranse.

Salen el prior y Tello de Sandoval.

Prior Él es un ángel en la tierra, cierto,

y vive entre nosotros de manera,

como en las soledades del desierto; 1450

no desmaya ni afloja en la carrera

del cielo, adonde, por llegar más presto,

corre desnudo y pobre, a la ligera;

humilde sobremodo, y tan honesto,

que admira a quien le vee en edad florida 1455

tan recatado en todo y tan compuesto.

En efecto, señor, él hace vida

de quien puede esperar muerte dichosa,

y gloria que no pueda ser medida.

Su oración es continua y fervorosa; 1460

su ayuno, inimitable, y su obediencia,

presta, sencilla, humilde y hacendosa.

Resucitado ha en la penitencia

de los antiguos padres, que en Egipto,

en ella acrisolaron la conciencia. 1465

Tello Por millares de lenguas sea bendito

el nombre de mi Dios; a este mancebo

volvió de do pensé que iba precito.

Vuélvome a España, y en el alma llevo

tan grande soledad de su persona, 1470

que quiero exagerarla, y no me atrevo.

Prior Vuesa merced nos deja una corona

que ha de honrar este reino mientras ciña

el cerco azul el hijo de Latona.

Está entre aquestos bárbaros aún niña 1475

la fe cristiana, y faltan los obreros

que cultiven aquí de Dios la viña,

y la leche mejor, y los aceros,

que a entrambas les hará mayor provecho.

Es ejemplo de [e]stos jornaleros, 1480

que es menester que tenga sano el pecho

el médico que cura a lo divino,

para dejar al cielo satisfecho.

Entran el padre Cruz y fray Antonio.

Aquesta compostura de continuo

trae nuestro padre Cruz, tan mansa y grave, 1485

que alegre y triste sigue su camino:

que en él lo triste con lo alegre cabe.

Cruz Deo gracias.

Prior Por siempre, amén,

estas y todas naciones

con viva fe se las den. 1490

Cruz Suplícote me perdones,

señor, si no he andado bien,

faltando a la cortesía

que a tu presencia debía.

Tello Padre fray Cristóbal mío, 1495

esto toca en desvarío,

porque toca en demasía:

yo soy el que he de postrarme

a sus pies.

Cruz Por el oficio

que tengo, puedo escusarme 1500

de haber dado poco indicio

de cortés en no humillarme;

y más a quien debo tanto,

que, a poder decir el cuánto,

fuera poco.

Tello Yo confieso 1505

que quedo deudor en eso.

Prior Bien cuadra cortés y santo.

Tello A España parto mañana;

si me manda alguna cosa,

haréla de buena gana. 1510

Cruz Tu jornada sea dichosa:

viento en popa y la mar llana.

Yo, mis pobres oraciones

a las celestes regiones

enviaré por tu camino, 1515

puesto, señor, que imagino

que en recio tiempo te pones

a navegar.

Tello La derrota

está de fuerza que siga

de la ya aprestada flota. 1520

Cruz Ni el huracán te persiga,

ni toques en la derrota

Bermuda, ni en la Florida,

de mil cuerpos homicida,

adonde, contra natura, 1525

es el cuerpo sepultura

viva del cuerpo sin vida.

A Cádiz, como deseas,

llegues sano, y en San Lúcar

desembarques tus preseas, 1530

y, en virtudes hecho un Fúcar,

presto en Sevilla te veas,

donde a mi padre dirás

lo que quisieres, y harás

por él lo que mereciere. 1535

Tello Haré lo que me pidiere,

y si es poco, haré yo más.

Y ahora, por paga pido

de aquella buena intención

que en su crianza he tenido, 1540

padre, que su bendición

me deje aquí enriquecido

de esperanzas, con que pueda

esperar que me suceda

el viaje tan a cuento, 1545

que sople propicio el viento,

y la fortuna esté queda.

Cruz La de Dios encierre en ésta

tanta ventura, que sea

la jornada alegre y presta, 1550

sin que en tormenta se vea

ni en la calma que molesta.

Antonio Si viere allá a la persona...

Tello ¿De quién?

Antonio De la Salmerona,

encájele un besapiés 1555

de mi parte, y dos o tres

buces, a modo de mona.

Prior Fray Antonio, ¿cómo es esto?

¿Cómo delante de mí

se muestra tan descompuesto? 1560

Antonio Ocurrióseme esto aquí,

y vase el señor tan presto,

que temí que me faltara

lugar do le encomendara

estos y otros besamanos: 1565

que poder ser cortesanos

los frailes es cosa clara.

Prior ¡Calle, y a vernos después!

Tello Por cierto, que no merece

castigo por ser cortés. 1570

Prior Cierta enfermedad padece

en la lengua.

Antonio Ello así es;

pero nunca hablo cosa

que toque en escandalosa;

que hablo a la vizcaína. 1575

Prior Yo hablaré a la diciplina,

lengua breve y compendiosa.

Tello Deme su paternidad

licencia, y aqueste enojo

no toque en riguridad. 1580

Antonio Si conociera al Patojo,

hiciérame caridad

de saludalle también

de mi parte. Aunque me den

diciplina porque calle, 1585

no puedo no encomendalle

aquello que me está bien.

Prior Vuesa merced vaya en paz,

que a cólera no me mueve

plática que da solaz, 1590

y éste, por mozo, se atreve,

y él de suyo se es locuaz;

y sean estos abrazos

muestra de los santos lazos

con que caridad nos liga. 1595

Abraza a los dos.

[Tello] Mi amor, padre Cruz, le obliga

a que apriete más los brazos,

y veisme que me enternezco.

Cruz Dios te guíe, señor mío,

que a su protección te ofrezco. 1600

Tello Que me dará yo confío,

por vos, más bien que merezco.

Vase Tello.

Prior Venga, fray Antonio, venga.

Cruz Déjele que se detenga

conmigo, padre, aquí un poco. 1605

[Prior] En buen hora; y, si está loco,

haga cómo [s]eso tenga.

Vase el Prior.

Cruz ¿Que es posible, fray Antonio,

que ha de caer en tal mengua,

que consienta que su lengua 1610

se la gobierne el demonio?

Cierto que pone mancilla

ver que el demonio maldito

le trae las ollas de Egipto

en lo que dejó en Sevilla. 1615

De las cosas ya pasadas,

mal hechas, se ha de acordar,

no para se deleitar,

sino para ser lloradas;

de aquella gente perdida 1620

no debe acordarse más,

ni del Compás, si hay compás

do se vive sin medida.

Sólo dé gracias a Dios,

que, por su santa clemencia, 1625

nos dio de la penitencia

la estrecha tabla a los dos,

para que, de la tormenta

y naufragar casi cierto,

de la religión el puerto 1630

tocásemos sin afrenta.

Antonio Yo miraré lo que hablo

de aquí adelante más cuerdo,

pues conozco lo que pierdo,

y sé lo que gana el diablo. 1635

Ruéguele, padre, al prior

que en su furia se mitigue,

y no al peso me castigue

de mi descuidado error.

Cruz Vamos, que yo le daré 1640

bastantísima disculpa

de su yerro, y por su culpa

y las mías rezaré.

Éntranse todos.

Sale una dama llamada Doña Ana Treviño, un médico y dos criados. (Todo esto es verdad de la historia).

Médico Vuesa merced sepa cierto

que aquesta su enfermedad 1645

es de muy ruin calidad;

hablo en ella como experto.

Mi oficio obliga a decillo,

cause o no cause pasión:

que entre razón y razón 1650

pondrá la Parca el cuchillo.

Hablando se ha de quedar

muerta; y aquesto le digo

como médico y amigo

que no la quiere engañar. 1655

Doña [Ana] Pues a mí no me parece

que estoy tan mala. ¿Qué es esto?

¿Cómo me anuncia tan presto

la muerte?

Médico El pulso me ofrece,

los ojos y la color, 1660

esta verdad a la clara.

Doña [Ana] En los ojos de mi cara

suele mirarse el Amor.

Médico Vuesa merced se confiese,

y quédense aparte burlas. 1665

Criado 1 Señor, si es que no te burlas,

recio mandamiento es ése.

Médico No me suelo yo burlar

en casos deste jaez.

Doña [Ana] Podrá su merced esta vez, 1670

si quisiere, perdonar,

que ni quiero confesarme,

ni hacer cosa que me diga.

Médico A más mi oficio me obliga,

y adiós.

Doña [Ana] Él querrá ayudarme. 1675

Vase el médico.

Pesado médico y necio,

siempre cansa y amohína.

Criado 2 Crió Dios la medicina,

y hase de tener en precio.

Doña [Ana] La medicina yo alabo, 1680

pero los médicos no,

porque ninguno llegó

con lo que es la ciencia al cabo.

Algo fatigada estoy.

Criado 1 Procura desenfadarte, 1685

esparcerte y alegrarte.

Doña [Ana] Al campo pienso de ir hoy.

Parece que están templando

una guitarra allí fuera.

Criado 1 ¿Será Ambrosio?

Doña [Ana] Sea quienquiera; 1690

escuchad, que va cantando.

Cantan dentro.

Muerte y vida me dan pena;

no sé qué remedio escoja:

que si la vida me enoja,

tampoco la muerte es buena. 1695

Con todo, es mejor vivir:

que, en los casos desiguales,

el mayor mal de los males

se sabe que es el morir.

Calle el que canta, que atierra 1700

oír tratar de la muerte:

que no hay tesoro de suerte

en tal espacio de tierra.

La muerte y la mocedad

hacen dura compañía, 1705

como la noche y el día,

la salud y enfermedad;

y edad poca y maldad mucha,

y voz de muerte a deshora,

¡ay del alma pecadora 1710

que impenitente la escucha!

Criado 1 No me contenta mi ama;

nunca la he visto peor:

fuego es ya, no es resplandor

el que en su vista derrama. 1715

Éntranse todos.

Sale el padre fray Antonio.

Antonio Mientras el fraile no llega

a ser sacerdote, pasa

vida pobre, estrecha, escasa,

de quien a veces reniega.

Tiene allá el predicador 1720

sus devotas y sus botas,

y el presentado echa gotas

y suda con el prior;

mas el novicio y corista

en el coro y en la escoba 1725

sus apetitos adoba,

diciendo con el Salmista:

Et potum meum cum fletu miscebam.

Pero bien será callar,

pues sé que muchos convienen

en que las paredes tienen 1730

oídos para escuchar.

La celda del padre Cruz

está abierta, ciertamente;

ver quiero este penitente,

que está a escuras y es de luz. 1735

Abre la celda; parece el padre Cruz, arrobado, hincado de rodillas, con un crucifijo en la mano.

¡Mirad qué postura aquella

del bravo rufián divino,

y si hallará camino

Satanás para rompella!

Arrobado está, y es cierto 1740

que, en tanto que él está así,

los sentidos tiene en sí

tan muertos como de un muerto.

Suenan desde lejos guitarras y sonajas, y vocería de regocijo. (Todo esto desta máscara y visión fue verdad, que así lo cuenta la historia del santo).

Pero, ¿qué música es ésta?

¿Qué guitarras y sonajas, 1745

pues los frailes se hacen rajas?

¿Mañana es alguna fiesta?

Aunque música a tal hora

no es decente en el convento.

Miedo de escuchalla siento; 1750

¡válgame Nuestra Señora!

Suena más cerca.

¡Padre nuestro, despierte,

que se hunde el mundo todo

de música! No hallo modo

bueno alguno con que acierte. 1755

La música no es divina

porque, según voy notando,

al modo vienen cantando

rufo y de jacarandina.

Entran a este instante seis con sus máscaras, vestidos como ninfas, lascivamente, y los que han de cantar y tañer, con máscaras de demonios vestidos a lo antiguo, y hacen su danza. (Todo esto fue así, que no es visión supuesta, apócrifa ni mentirosa).

Cantan:

No hay cosa que sea gustosa 1760

sin Venus blanda, amorosa.

No hay comida que así agrade,

ni que sea tan sabrosa,

como la que guisa Venus,

en todos gustos curiosa. 1765

Ella el verde amargo jugo

de la amarga hiel sazona,

y de los más tristes tiempos

vuelve muy dulces las horas;

quien con ella trata, ríe, 1770

y quien no la trata, llora.

Pasa cual sombra en la vida,

sin dejar de sí memoria,

ni se eterniza en los hijos,

y es como el árbol sin hojas, 1775

sin flor ni fruto, que el suelo

con ninguna cosa adorna.

Y por esto, en cuanto el sol

ciñe y el ancho mar moja,

no hay cosa que sea gustosa 1780

sin Venus blanda, amorosa.

El padre Cruz, sin abrir los ojos, dice:

Cruz No hay cosa que sea gustosa

sin la dura cruz preciosa.

Si por esta senda estrecha

que la cruz señala y forma 1785

no pone el pie el que camina

a la patria venturosa,

cuando menos lo pensare,

de improviso y a deshora,

cairá de un despeñadero 1790

del abismo en las mazmorras.

Torpeza y honestidad

nunca las manos se toman,

ni pueden caminar juntas

por esta senda fragosa. 1795

Y yo [sé] que en todo el cielo,

ni en la tierra, aunque espaciosa,

no hay cosa que sea gustosa

sin la dura cruz preciosa.

Músicos ¡Dulces días, dulces ratos 1800

los que en Sevilla se gozan;

y dulces comodidades

de aquella ciudad famosa,

do la libertad campea,

y en sucinta y amorosa 1805

manera Venus camina

y a todos se ofrece toda,

y risueño el Amor canta

con mil pasajes de gloria:

No hay cosa que sea gustosa 1810

sin Venus blanda, amorosa.

Cruz Vade retro!, Sa[ta]nás,

que para mi gusto ahora

no hay cosa que sea gustosa

sin la dura cruz preciosa. 1815

Vanse los demonios, gritando.

Antonio Hacerme quiero mil cruces;

he visto lo que aún no creo.

Afuera el temor, pues veo

que viene gente con luces.

Cruz ¿Qué hace aquí, fray Antonio? 1820

Antonio Estaba mirando atento

una danza de quien siento

que la guiaba el demonio.

Cruz Debía de estar durmiendo,

y soñaba.

Antonio No, a fe mía, 1825

padre Cruz, yo no dormía.

Entran, a este punto, dos ciudadanos, con sus lanternas, y el Prior.

Ciudadano 1 Señor, como voy diciendo,

pone gran lástima oílla:

que no hay razón de provecho

para enternecerle el pecho 1830

ni de su error divertilla;

y, pues habemos venido

a tal hora a este convento

por remedio, es argumento

que es el daño muy crecido. 1835

Prior Que diga que Dios no puede

perdonalla, caso estraño;

es ése el mayor engaño

que al pecador le sucede.

Fray Cristóbal de la Cruz 1840

está en pie, quizá adivino

que ha de hacer este camino,

y en él dar a este alma luz.

Padre, su paternidad

con estos señores vaya, 1845

y cuanto pueda la raya

suba de su caridad,

que anda muy listo el demonio

con un alma pecadora.

Vaya con el padre.

Antonio ¿Ahora? 1850

Prior No replique, fray Antonio.

Antonio Vamos, que a mí se me alcanza

poco o nada, o me imagino

que he de ver en el camino

la no fantástica danza 1855

de denantes.

Cruz Calle un poco,

si puede.

Ciudadano 2 Señor, tardamos,

y será bien que nos vamos.

Antonio Todos me tienen por loco

en aqueste monesterio. 1860

Cruz No hable entre dientes; camine,

y esas danzas no imagine,

que carecen de misterio.

Prior Vaya con Dios, padre mío.

Ciudadano 1 Con él vamos muy contentos. 1865

Cruz ¡Favorezca mis intento[s]

Dios, de quien siempre confío!

Sale un clérigo y Doña Ana de Treviño, y acompañamiento.

Clérigo Si así la cama la cansa,

puede salir a esta sala.

Doña [Ana] Cualquiera parte halla mala 1870

la que en ninguna descansa.

Clérigo Lleguen esas sillas.

Doña [Ana] Cierto,

que me tiene su porfía,

padre, helada, yerta y fría,

y que ella sola me ha muerto. 1875

No me canse ni se canse

en persuadirme otra cosa,

que no soy tan amorosa

que con lágrimas me amanse.

¡No hay misericordia alguna 1880

que me valga en suelo o cielo!

Clérigo Toda la verdad del cielo

a tu mentira repugna.

En Dios no hay menoridad

de poder, y, si la hubiera, 1885

su menor parte pudiera

curar la mayor maldad.

Es Dios un bien infinito,

y, a respeto de quien es,

cuanto imaginas y ves 1890

viene a ser punto finito.

Doña [Ana] Los atributos de Dios

son iguales; no os entiendo,

ni de entenderos pretendo.

Matáisme, y cansáisos vos. 1895

¡Bien fuera que Dios ahora,

sin que en nada reparara,

sin más ni más, perdonara

a tan grande pecadora!

No hace cosa mal hecha, 1900

y así, no ha de hacer aquésta.

Clérigo ¿Hay locura como ésta?

Doña [Ana] No gritéis, que no aprovecha.

Entran, a este instante, el padre Cruz y fray Antonio, y pónese el padre a escuchar lo que está diciendo el clérigo, el cual prosigue diciendo:

Clérigo Pues nació para salvarme

Dios, y en cruz murió enclavado, 1905

perdonará mi pecado,

si está en menos perdonarme.

De su parte has de esperar,

que de la tuya no esperes,

el gran perdón que no quieres, 1910

que Él se estrema en perdonar.

Deus cui proprium est misereri semper, et parcere, et misericordia eius super omnia opera eius.

Y el rey, divino cantor,

las alabanzas que escuchas,

después que ha dicho otras muchas

dice de aqueste tenor: 1915

Misericordias tuas, Domine, in aeternum cantabo.

La mayor ofensa haces

a Dios que puedes hacer:

que, en no esperar y temer,

parece que le deshaces,

pues vas contra el atributo 1920

que Él tiene de omnipotente,

pecado el más insolente,

más sin razón y más bruto.

En dos pecados se ha visto,

que Judas quiso estremarse, 1925

y fue el mayor ahorcarse

que el haber vendido a Cristo.

Hácesle agravio, señora,

grande en no esperar en Él,

porque es paloma sin hiel 1930

con quien su pecado llora.

Cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies.

El corazón humillado,

Dios por jamás le desprecia;

antes, en tanto le precia

que es fee y caso averiguado 1935

que [se] regocija el cielo

cuando con nueva conciencia

se vuelve a hacer penitencia

un pecador en el suelo.

El padre Cruz está aquí, 1940

buen suceso en todo espero.

Cruz Prosiga, padre, que quiero

estarle atento.

Doña [Ana] ¡Ay de mí,

que otro moledor acude

a acrecentar mi tormento! 1945

¡Pues no ha de mudar mi intento,

aunque más trabaje y sude!

¿Qué me queréis, padre, vos,

que tan hinchado os llegáis?

¡Bien parece que ignoráis 1950

cómo para mí no hay Dios!

No hay Dios, digo, y mi malicia

hace, con mortal discordia,

que esconda misericordia

el rostro, y no la justicia. 1955

Cruz Dixit insipiens in corde suo: non est Deus.

Vuestra humildad, señor, sea

servida de encomendarme

a Dios, que quiero mostrarme

sucesor en su pelea.

Híncanse de rodillas el clérigo, fray Antonio y el padre Cruz, y los circustantes todos.

¡Dichosa del cielo puerta, 1960

que levantó la caída

y resucitó la vida

de nuestra esperanza muerta!

¡Pide a tu parto dichoso

que ablande aquí estas entrañas, 1965

y muestre aquí las hazañas

de su corazón piadoso!

Et docebo iniquos vias tuas, et impii ad te convertentur.

Mi señora doña Ana de Treviño,

estando ya tan cerca la partida

del otro mundo, pobre es el aliño 1970

que veo en esta amarga despedida.

Blancas las almas como blanco armiño

han de entrar en la patria de la vida,

que ha de durar por infinitos siglos,

y negras donde habitan los vestiglos. 1975

Mirad dónde queréis vuestra alma vaya:

escogedle la patria a vuestro gusto.

Doña [Ana] La justicia de Dios me tiene a raya:

no me ha de perdonar, por ser tan justo;

al malo la justicia le desmaya; 1980

no habita la esperanza en el injusto

pecho del pecador, ni es bien que habite.

Cruz Tal error de tu pecho Dios le quite.

En la hora que la muerte

a la pobre vida alcanza, 1985

se ha de asir de la esperanza

el alma que en ello advierte;

que, en término tan estrecho,

y de tan fuerte rigor,

no es posible que el temor 1990

sea al alma de provecho.

El esperar y el temer

en la vida han de andar juntos;

pero en la muerte otros puntos

han de guardar y tener. 1995

El que, en el palenque puesto,

teme a su contrario, yerra;

y está, el que animoso cierra,

a la vitoria dispuesto.

En el campo estáis, señora; 2000

la guerra será esta tarde;

mirad que no os acobarde

el enemigo en tal hora.

Doña [Ana] Sin armas, ¿cómo he de entrar

en el trance riguroso, 2005

siendo el contrario mañoso

y duro de contrastar?

Cruz Confiad en el padrino

y en el juez, que es mi Dios.

Doña [Ana] Parece que dais los dos 2010

en un mismo desatino.

D[e]jadme, que, en conclusión,

tengo el alma de manera

que no quiero, aunque Dios quiera,

gozar de indulto y perdón. 2015

¡Ay, que se me arranca el alma!

¡Desesperada me muero!

Cruz Demonio, en Jesús espero

que no has de llevar la palma

desta empresa. ¡Oh Virgen pura! 2020

¿Cómo vuestro auxilio tarda?

¡Ángel bueno de su guarda,

ved que el malo se apresura!

Padre mío, no desista

de la oración, rece más, 2025

que es arma que a Satanás

le vence en cualquier conquista.

Antonio Cuerpo ayuno y desvelado

fácilmente se empereza,

y, más que reza, bosteza, 2030

indevoto y desmayado.

Doña [Ana] ¡Que tan sin obras se halle

mi alma!

Cruz Si fee recobras,

yo haré que te sobren obras.

Doña [Ana] ¿Hállanse, a dicha, en la calle? 2035

¿Y la[s] que he hecho hasta aquí

han sido sino de muerte?

Cruz Escucha un poco, y advierte

lo que ahora diré.

Doña [Ana] Di.

Cruz Un religioso que ha estado 2040

gran tiempo en su religión,

y con limpio corazón

siempre su regla ha guardado,

haciendo tal penitencia

que mil veces el prior 2045

le manda tiemple el rigor

en virtud de la obediencia;

y él, con ayunos continuos,

con oración y humildad,

busca de riguridad 2050

los más ásperos caminos:

e[l] duro suelo es su cama;

sus lágrimas, su bebida,

y sazona su comida

de Dios la amorosa llama; 2055

un canto aplica a su pecho

con golpes, de tal manera

que, aunque de diamante fuera,

le tuviera ya deshecho;

por huir del torpe vicio 2060

de la carne y su regalo,

su camisa, aunque esté malo,

es de un áspero silicio;

descalzo siempre los pies,

de toda malicia ajeno, 2065

amando a Dios por ser bueno,

sin mirar otro interés.

Doña [Ana] ¿Qué quieres deso inferir,

padre?

Cruz Que digáis, señora,

si este tal podrá, en la hora 2070

angustiada del morir,

tener alguna esperanza

de salvarse.

Doña [Ana] ¿Por qué no?

¡Ojalá tuviera yo

la menor parte que alcanza 2075

de tales obras tal padre!

Pero no tengo ni aun una

que en esta angustia importuna

a mis esperanzas cuadre.

Cruz Yo os daré todas las mías, 2080

y tomaré el grave cargo

de las vuestras a mi cargo.

Doña [Ana] Padre, dime: ¿desvarías?

¿Cómo se puede hacer eso?

Cruz Si te quieres confesar, 2085

los montes puede allanar

de caridad el exceso.

Pon tú el arrepentimiento

de tu parte, y verás luego

cómo en tus obras me entrego, 2090

y tú en aquellas que cuento.

Doña [Ana] ¿Dónde están los fiadores

que aseguren el concierto?

Cruz Yo estoy bien seguro y cierto

que nadie los dio mejores, 2095

ni tan grandes, ni tan buenos,

ni tan ricos, ni tan llanos,

puesto que son soberanos,

y de inmensa alteza llenos.

Doña [Ana] ¿A quién me dais?

Cruz A la pura, 2100

sacrosanta, rica y bella

que fue madre y fue doncella,

crisol de nuestra ventura.

A Cristo crucificado

os doy por fiador también; 2105

dóyosle niño en Belén,

perdido y después hallado.

Doña [Ana] Los fiadores me contentan;

los testigos, ¿quién serán?

Cruz Cuantos en el cielo están 2110

y en sus escaños se sientan.

Doña [Ana] El contrato referid,

porque yo quede enterada

de la merced señalada

que me hacéis.

Cruz Cielos, oíd: 2115

«Yo, fray Cristóbal de la Cruz, indigno

religioso y profeso en la sagrada

orden del patriarca felicísimo

Domingo santo, en esta forma digo:

Que al alma de doña Ana de Treviño, 2120

que está presente, doy de buena gana

todas las buenas obras que yo he hecho

en caridad y en gracia, desde el punto

que dejé la carrera de la muerte

y entré en la de la vida; doyle todos 2125

mis ayunos, mis lágrimas y azotes,

y el mérito santísimo de cuantas

misas he dicho, y asimismo doyle

mis oraciones todas y deseos,

que han tenido a mi Dios siempre por blanco; 2130

y, en contracambio, tomo sus pecados,

por inormes que sean, y me obligo

de dar la cuenta dellos en el alto

y eterno tribunal de Dios eterno,

y pagar los alcances y las penas 2135

que merecieren sus pecados todos.

Mas es la condición deste concierto

que ella primero de su parte ponga

la confesión y el arrepentimiento.»

Antonio ¡Caso jamás oído es éste, padre! 2140

Clérigo Y caridad jamás imaginada.

Cruz Y, para que me crea y se asegure,

le doy por fiadores a la Virgen

Santísima María y a su Hijo,

y a las once mil vírgines benditas, 2145

que son mis valedoras y abogadas;

y a la tierra y el cielo hago testigos,

y a todos los presentes que me escuchan.

Moradores del cielo, no se os pase

esta ocasión, pues que podéis en ella 2150

mostrar la caridad vuestra encendida;

pedid al gran Pastor de los rebaños

del cielo y de la tierra que no deje

que lleve Satanás esta ovejuela

que él almagró con su preciosa sangre. 2155

Señora, ¿no aceptáis este concierto?

Doña [Ana] Sí acepto, padre, y pido, arrepentida,

confesión, que me muero.

Clérigo ¡Obras son éstas,

gran Señor, de las tuyas!

Antonio ¡Bueno queda

el padre Cruz ahora, hecha arista 2160

el alma, seca y sola como espárrago!

Paréceme que vuelve al Sicut erat,

y que deja el breviario y se acomoda

con el barcelonés y la de ganchos.

Siempre fue liberal, o malo, o bueno. 2165

Doña [Ana] Padre, no me dilate este remedio;

oiga las culpas que a su cargo quedan,

que, si no le desmayan por ser tantas,

yo moriré segura y confiada

que he de alcanzar perdón de todas ellas. 2170

Cruz Padre, vaya al convento, y dé esta nueva

a nuestro padre, y ruéguele que haga

general oración, dando las gracias

a Dios deste suceso milagroso,

en tanto que a esta nueva penitente 2175

oigo de confesión.

Antonio A mí me place.

Cruz Vamos do estemos solos.

Doña [Ana] En buen hora.

Clérigo ¡Oh bienaventurada pecadora!



Fin de la segunda jornada










JORNADA TERCERA




Entra un ciudadano y el prior.

Ciudadano Oigan los cielos y la tierra entienda

tan nueva y tan estraña maravilla, 2180

y su paternidad a oílla atienda;

que, puesto que no pueda referilla

con aquellas razones que merece,

peor será que deje de decilla.

Apenas a la vista se le ofrece 2185

doña Ana al padre Cruz, sin la fe pura

que a nuestras esperanzas fortalece,

cuando, con caridad firme y segura,

hizo con ella un cambio de tal suerte,

que cambió su desgracia en gran ventura. 2190

Su alma de las garras de la muerte

eterna arrebató, y volvió a la vida,

y de su pertinacia la divierte;

la cual, como se viese enriquecida

con la dádiva santa que el bendito 2195

padre le dio sin tasa y sin medida,

alzó al momento un piadoso grito

al cielo, y confesión pidió llorando,

con voz humilde y corazón contrito;

y, en lo que antes dudaba no dudando, 2200

de sus deudas dio cuenta muy estrecha

a quien agora las está pagando;

y luego, sosegada y satisfecha,

todos los sacramentos recebidos,

dejó la cárcel de su cuerpo estrecha. 2205

Oyéronse en los aires divididos

coros de voces dulces, de manera

que quedaron suspensos los sentidos;

dijo al partir de la mortal carrera

que las once mil vírgines estaban 2210

todas en torno de su cabecera;

por los ojos las almas distilaban

de gozo y maravilla los presentes,

que la süave música escuchaban;

y, apenas por los aires transparentes 2215

voló de la contrita pecadora

el alma a las regiones refulgentes,

cuando en aquella misma feliz hora

se vio del padre Cruz cubierto el rostro

de lepra, adonde el asco mismo mora. 2220

Volved los ojos, y veréis el monstruo,

que lo es en santidad y en la fiereza,

cuya fealdad a nadie le da en rostro.

Entra el padre Cruz, llagado el rostro y las manos; tráenle dos ciudadanos de los brazos, y fray Antonio.

Cruz Acompaña a la lepra la flaqueza;

no me puedo tener. ¡Dios sea bendito, 2225

que así a pagar mi buen deseo empieza!

Prior Por ese tan borrado sobreescrito

no podrá conoceros, varón santo,

quien no os mirare muy de hito en hito.

Cruz Padre Prior, no se adelante tanto 2230

vuestra afición que me llaméis con nombre

que me cuadra tan mal, que yo me espanto.

Inútil fraile soy, pecador hombre,

puesto que me acompaña un buen deseo;

mas no dan los deseos tal renombre. 2235

Ciudadano [1] En vos contemplo, padre Cruz, y leo

la paciencia de Job, y su presencia

en vuestro rostro deslustrado veo.

Por la ajena malicia la inocencia

vuestra salió, y pagó tan de contado, 2240

cual lo muestra el rigor desta dolencia.

Obligástesos hoy, y habéis pagado

hoy.

Cruz A lo menos, de pagar espero,

pues de mi voluntad quedé obligado.

Ciudadano 2 ¡Oh, en la viña de Dios gran jornalero! 2245

¡Oh caridad, brasero y fragua ardiente!

Cruz Señores, hijo soy de un tabernero;

y si es que adulación no está presente,

y puede la humildad hacer su oficio,

cese la cortesía, aquí indecente. 2250

Antonio Yo, traidor, que a la gula, en sacrificio

del alma, y a la hampa, engendradora

de todo torpe y asqueroso vicio,

digo que me consagro desde agora

para limpiar tus llagas y curarte, 2255

hasta el fin de mi vida o su mejora;

y no tendrá conmigo alguna parte

la vana adulación, pues, de contino,

antes rufián que santo he de llamarte.

Con esto no hallará ningún camino 2260

la vanagloria para hacerte guerra,

enemigo casero y repentino.

Ciudadano 2 Venistes para bien de aquesta tierra.

¡Dios os guarde mil años, padre amado!

Ciudadano 1 ¡Sólo en su pecho caridad encierra! 2265

Cruz Padres, recójanme, que estoy cansado.

Éntranse todos, y salen dos demonios; el uno con figura de oso, y el otro como quisieren. (Esta visión fue verdadera, que ansí se cuenta en su historia).

Saquiel ¡Que así nos la quitase de las manos!

¡Que así la mies tan sazonada nuestra

la segase la hoz del tabernero!

¡Reniego de mí mismo, y aun reniego! 2270

¡Y que tuviese Dios por bueno y justo

tal cambalache! Estúvose la dama

al pie de cuarenta años en sus vicios,

desesperada de remedio alguno;

llega estotro buen alma, y dale luego 2275

los tesoros de gracia que tenía

adquiridos por Cristo y por sus obras.

¡Gentil razón, gentil guardar justicia,

y gentil igualar de desiguales

y contrapuestas prendas: gracia y culpa, 2280

bienes de gloria y del infierno males!

Visiel Como fue el corredor desta mohatra

la caridad, facilitó el contrato,

puesto que desigual.

Saquiel Desa manera,

más rica queda el alma deste rufo, 2285

por haber dado cuanto bien tenía,

y tomado el ajeno mal a cuestas,

que antes estaba que el contrato hiciese.

Visiel No sé qué te responda; sólo veo

que no puede ninguno de nosotros 2290

alabarse que ha visto en el infierno

algún caritativo.

Saquiel ¿Quién lo duda?

¿Sabes qué veo, Visiel amigo?

Que no es equivalente aquesta lepra

que padece este fraile, a los tormentos 2295

que pasara doña Ana en la otra vida.

Visiel ¿No adviertes que ella puso de su parte

grande arrepentimiento?

Saquiel Fue a los fines

de su malvada vida.

Visiel En un instante

nos quita de las manos Dios al alma 2300

que se arrepiente y sus pecados llora;

cuanto y más, que ésta estaba enriquecida

con las gracias del fraile hi de bellaco.

Saquiel Mas deste generoso, a lo que entiendes,

¿qué será dél agora que está seco 2305

e inútil para cosa desta vida?

Visiel ¿Aqueso ignoras? ¿No sabes que conocen

sus frailes su virtud y su talento,

su ingenio y su bondad, partes bastantes

para que le encomienden su gobierno? 2310

Saquiel ¿Luego, será prior?

Visiel ¡Muy poco dices!

Provincial le verás.

Saquiel Ya lo adivino.

En el jardín está; tú no te muestres,

que yo quiero a mis solas darle un toque

con que siquiera a ira le provoque. 2315

Éntranse.

Sale fray Ángel y fray Antonio.

Antonio ¿Qué trae, fray Ángel? ¿Son huevos?

A Hable, fray Antonio, quedo.

Antonio ¿Tiene miedo?

A Tengo miedo.

Antonio Déme dos de los más nuevos,

de los más frescos, le digo, 2320

que me los quiero sorber

así, crudos.

A Hay que hacer

primero otra cosa, amigo.

Antonio Siempre acudes a mi ruego

dilatando tus mercedes. 2325

A Si estos huevos comer puedes,

veslos aquí, no los niego.

Muéstrale dos bolas de argolla.

Antonio ¡Oh coristas y novicios!

La mano que el bien dispensa

os quite de la despensa 2330

las cerraduras y quicios;

la yerba del pito os dé,

que abre todas cerraduras,

y veáis, estando a escuras,

como el luciérnago ve; 2335

y, señores de las llaves,

sin temor y sobresalto,

deis un generoso asalto

a las cosas más süaves;

busquéis hebras de tocino, 2340

sin hacer del unto caso,

y en penante y limpio vaso

deis dulces sorbos de vino;

de almendra morisca y pasa

vuestras mangas se vean llenas, 2345

y jamás muelas ajenas

a las vuestras pongan tasa;

cuando en la tierra comáis

pan y agua con querellas,

halléis empanadas bellas 2350

cuando a la celda volváis;

hágaos la paciencia escudo

en cualquiera vuestro aprieto;

mándeos un prior discreto,

afable y no cabezudo. 2355

A Deprecación bien cristiana,

fray Antonio, es la que has hecho;

que aspiró a nuestro provecho

es cosa también bien llana.

Grande miseria pasamos 2360

y a sumo estrecho venimos

los que misa no decimos

y los que no predicamos.

[Antonio] ¿Para qué son esas bolas?

A Yo las llevaba con fin 2365

de jugar en el jardín

contigo esta tarde a solas,

en las horas que nos dan

de recreación.

Antonio ¿Y llevas

argolla?

A Y paletas nuevas. 2370

Antonio ¿Quién te las dio?

A Fray Beltrán.

Se las envió su prima,

y él me las ha dado a mí.

Antonio Con las paletas aquí

haré dos tretas de esgrima. 2375

Precíngete como yo,

y entrégame una paleta,

y está advertido una treta

que el padre Cruz me mostró

cuando en la jácara fue 2380

águila volante y diestra.

Muestra, digo; acaba, muestra.

A. Toma, pero yo no sé

de esgrima más que un jumento.

Antonio Ponte de aquesta manera: 2385

vista alerta; ese pie, fuera,

puesto en medio movimiento.

Tírame un tajo volado

a la cabeza. ¡No ansí;

que ése es revés, pese a mí! 2390

A ¡Soy un asno enalbardado!

Antonio Ésta es la brava postura

que llaman puerta de hierro

los jaques.

A ¡Notable yerro

y disparada locura! 2395

Antonio Doy broquel, saco el baldeo,

levanto, señalo o pego,

repárome en cruz, y luego

tiro un tajo de voleo.

Entra el padre Cruz, arrimado a un báculo y rezando en un rosario.

Cruz Fray Antonio, basta ya; 2400

no mueran más, si es posible.

A ¡Qué confusión tan terrible!

Cruz ¡Buena la postura está!

No se os pueden embotar

las agudezas de loco. 2405

Antonio Indigesto estaba un poco,

y quíseme ejercitar

para hacer la digestión,

que dicen que es conveniente

el ejercicio vehemente. 2410

Cruz Vos tenéis mucha razón;

mas yo os daré un ejercicio

con que os haga por la posta

digerir a vuestra costa

la superfluidad del vicio; 2415

vaya y póngase a rezar

dos horas en penitencia;

y puede su reverencia,

fray Ángel, ir a estudiar,

y déjese de las tretas 2420

deste valiente mancebo.

Antonio ¿Las bolas?

A Aquí las llevo.

Antonio Toma, y lleva las paletas.

Éntrase fray Antonio y fray Ángel.

Cruz De la escuridad del suelo

te saqué a la luz del día, 2425

Dios queriendo, y yo querría

llevarte a la luz del Cielo.

Vuelve a entrar Saquiel, vestido de oso. (Todo fue ansí).

Saquiel Cambiador nuevo en el mundo,

por tu voluntad enfermo,

¿piensas que eres en el yermo 2430

algún Macario segundo?

¿Piensas que se han de avenir

bien para siempre jamás,

con lo que es menos lo más,

la vida con el morir, 2435

soberbia con humildad,

diligencia con pereza,

la torpedad con limpieza,

la virtud con la maldad?

Engáñaste; y es tan cierto 2440

no avenirse lo que digo,

que puedes ser tú testigo

desta verdad con que acierto.

Cruz ¿Qué quieres deso inferir,

enemigo Satanás? 2445

Saquiel Que es locura en la que das

dignísima de reír;

que en el cielo ya no dan

puerta a que entren de rondón,

así como entró un ladrón, 2450

que entre también un rufián.

Cruz Conmigo en balde te pones

a disputar; que yo sé

que, aunque te sobre en la fe,

me has de sobrar tú en razones. 2455

Dime a qué fue tu venida,

o vuélvete, y no hables más.

Saquiel Mi venida, cual verás,

es a quitarte la vida.

Cruz Si es que traes de Dios licencia, 2460

fácil te será quitalla,

y más fácil a mí dalla

con promptísima obediencia.

Si la traes, ¿por qué no pruebas

a ofenderme? Aunque recelo 2465

que no has de tocarme a un pelo,

por muy mucho que te atrevas.

¿Qué bramas? ¿Quién te atormenta?

Pero espérate, adversario.

Saquiel Es para mí de un rosario 2470

bala la más chica cuenta.

Rufián, no me martirices;

tuerce, hipócrita, el camino.

Cruz Aun bien que tal vez, malino,

algunas verdades dices. 2475

Vase el demonio bramando.

Vuelve, que te desafío

a ti y al infierno todo,

hecho valentón al modo

que plugo al gran Padre mío.

¡Oh alma!, mira quién eres, 2480

para que del bien no tuerzas;

que el diablo no tiene fuerzas

más de las que tú le dieres.

Y, para que no rehúyas

de verte con él a brazos, 2485

Dios rompe y quiebra los lazos

que pasan las fuerzas tuyas.

Vuelve a entrar fray Antonio con un plato de hilas y paños limpios.

Antonio Éntrese, padre, a curar.

Cruz Paréceme que es locura

pretender a mi mal cura. 2490

Antonio ¿Es eso desesperar?

Cruz No, por cierto, hijo mío;

mas es esta enfermedad

de una cierta calidad,

que curarla es desvarío. 2495

Viene del cielo.

Antonio ¿Es posible

que tan mala cosa encierra

el cielo, do el bien se encierra?

Téngolo por imposible.

¿Estaráse ahora holgando 2500

doña Ana, que te la dio,

y estaréme en balde yo

tu remedio procurando?

Entra fray Ángel.

A Padre Cruz, mándeme albricias,

que han elegido prior. 2505

Cruz Si no te las da el Señor,

de mí en vano las codicias.

Mas, decidme: ¿quién salió?

A Salió su paternidad.

Cruz ¿Yo, padre?

A Sí, en mi verdad. 2510

Antonio ¿Búrlaste, fray Ángel?

A No.

Cruz ¿Sobre unos hombros podridos

tan pesada carga han puesto?

No sé qué me diga desto.

Antonio Cególes Dios los sentidos: 2515

que si ellos te conocieran

como yo te he conocido,

tomaran otro partido,

y otro prior eligieran.

A Ahora digo, fray Antonio, 2520

que tiene, sin duda alguna,

en esa lengua importuna

entretejido el demonio:

que si ello no fuera ansí,

nunca tal cosa dijera[s]. 2525

Antonio Fray Ángel, no hablo de veras;

pero conviene esto aquí.

Gusta este santo de verse

vituperado de todos,

y va huyendo los modos 2530

do pueda ensoberbecerse.

Mira qué confuso está

por la nueva que le has dado.

A Puesto le tiene en cuidado.

Antonio El cargo no aceptará. 2535

Cruz ¿No saben estos benditos

como soy simple y grosero,

y hijo de un tabernero,

y padre de mil delitos?

Antonio Si yo pudiera dar voto 2540

a fe que no te le diera;

antes, a todos dijera

la vida que de hombre roto

en Sevilla y en Toledo

te vi hacer.

Cruz Tiempo te queda: 2545

dila, amigo, porque pueda

escaparme deste miedo

que tengo de ser prelado,

cargo para mí indecente:

que, ¿a qué será suficiente 2550

hombre que está tan llagado

y que ha sido un...?

Antonio ¿Qué? ¿Rufián?

Que por Dios, y así me goce,

que le vi reñir con doce

de heria y de San Román; 2555

y en Toledo, en las Ventillas,

con siete terciopeleros,

él hecho zaque, ellos cueros,

le vide hacer maravillas.

¡Qué de capas vi a sus pies! 2560

¡Qué de broqueles rajados!

¡Qué de cascos abollados!

Hirió a cuatro: huyeron tres.

Para aqueste ministerio

sí que le diera mi voto, 2565

porque en él fuera el más doto

rufián de nuestro hemisferio;

pero para ser prior

no le diera yo jamás.

Cruz ¡Oh, cuánto en lo cierto estás, 2570

Antonio!

Antonio ¡Y cómo, señor!

Cruz Así cual quieres te goces,

cristiano, y fraile, y sin mengua,

que des un filo a la lengua

y digas mi vida a voces. 2575

Entra el prior y otro fraile de acompañamiento.

Prior Vuestra paternidad nos dé las manos,

y bendición con ellas.

Cruz Padres míos,

¿adónde a mí tal sumisión?

Prior Mi padre

es ya nuestro prelado.

Antonio ¡Buenos cascos

tienen, por vida mía, los que han hecho 2580

semejante elección!

Prior Pues qué, ¿no es santa?

Antonio A un Job hacen prior, que no le falta

si no es el muladar y ser casado

para serlo del todo. ¡En fin: son frailes!

Quien tiene el cuerpo de dolores lleno, 2585

¿cómo podrá tener entendimiento

libre para el gobierno que requiere

tan peligroso y trabajoso oficio

como el de ser prior? ¿No lo ven claro?

Cruz ¡Oh qué bien que lo ha dicho fray Antonio! 2590

¡El cielo se lo pague! Padres míos,

¿no miran cuál estoy, que en todo el cuerpo

no tengo cosa sana? Consideren

que los dolores turban los sentidos,

y que ya no estoy bueno para cosa, 2595

si no es para llorar y dar gemidos

a Dios por mis pecados infinitos.

Amigo fray Antonio, di a los padres

mi vida, de quien fuiste buen testigo;

diles mis insolencias y recreos, 2600

la inmensidad descubre de mis culpas,

la bajeza les di de mi linaje,

diles que soy de un tabernero hijo,

porque les haga todo aquesto junto

mudar de parecer.

Prior Escusa débil 2605

es ésa, padre mío; a lo que ha sido,

ha borrado lo que es. Acepte y calle,

que así lo quiere Dios.

Cruz ¡Él sea bendito!

Vamos, que la esperiencia dará presto

muestras que soy inútil.

Antonio ¡Vive el cielo, 2610

que merece ser Papa tan buen fraile!

A Que será provincial, yo no lo dudo.

Antonio Aqueso está de molde. Padre, vamos,

que es hora de curarte.

Cruz Sea en buen hora.

Antonio Va a ser prior, ¿y por no serlo llora? 2615

Éntranse.

Salen Lucifer, con corona y cetro, el más galán demonio y bien vestido que ser pueda, y Saquiel y Visiel, como quisieren, de demonios feos.

Lucifer Desde el instante que salimos fuera

de la mente eternal, ángeles siendo,

y con soberbia voluntad y fiera

fuimos el gran pecado aprehendiendo,

sin querer ni poder de la carrera 2620

torcer donde una vez fuimos subiendo,

hasta ser derribados a este asiento,

do no se admite el arrepentimiento;

digo que desde entonces se recoge

la fiera envidia en este pecho fiero, 2625

de ver que el cielo en su morada acoge

a quien pasó también de Dios el fuero.

En mí se estiende y en Adán se encoge

la justicia de Dios, manso y severo,

y dél gozan los hombres in eterno, 2630

y mis secuaces, deste duro infierno.

Y, no contento Aquél que dio en un palo

la vida, que fue muerte de la muerte,

de verme despojado del regalo

de mi primera aventajada suerte, 2635

quiere que se alce con el cielo un malo,

un pecador blasfemo, y que se acierte

a salvar en un corto y breve instante

un ladrón que no tuvo semejante;

la pecadora pública arrebata 2640

de sus pies el perdón de sus pecados,

y su historia santísima dilata

por siglos en los años prolongados;

un cambiador, que en sus usuras trata,

deja a sola una voz sus intricados 2645

libros, y por manera nunca vista

le pasa a ser divino coronista;

y agora quiere que un rufián se asiente

en los ricos escaños de la gloria,

y que su vida y muerte nos la cuente 2650

alta, famosa y verdadera historia.

Por esto inclino la soberbia frente,

y quiero que mi angustia sea notoria

a vosotros, partícipes y amigos,

y de mi mal y mi rancor testigos; 2655

no para que me deis consuelo alguno,

pues tenerle nosotros no es posible,

sino porque acudáis al oportuno

punto que hasta los santos es terrible.

Este rufián, cual no lo fue ninguno, 2660

por su fealdad al mundo aborrecible,

está ya de partida para el cielo,

y humilde apresta el levantado vuelo.

Acudid y turbadle los sentidos,

y entibiad, si es posible, su esperanza, 2665

y de sus vanos pasos y perdidos

hacedle temerosa remembranza;

no llegue alegre voz a sus oídos

que prometa segura confianza

de haber cumplido con la deuda y cargo 2670

que por su caridad tomó a su cargo.

¡Ea!, que espira ya, después que ha hecho

prior y provincial tan bien su oficio,

que tiene al suelo y cielo satisfecho,

y da de que es gran santo gran indicio. 2675

Saquiel No será nuestra ida de provecho,

porque será de hacerle beneficio,

pues siempre que a los brazos he venido

con él, queda con palma y yo vencido.

Lucifer Mientras no arroja el postrimero aliento, 2680

bien se puede esperar que en algo tuerza

el peso, puesto en duda el pensamiento;

que a veces puede mucho nuestra fuerza.

Visiel Yo cumpliré, señor, tu mandamiento:

que adonde hay más bondad, allí se esfuerza 2685

más mi maldad. Allá voy diligente.

Lucifer Todos venid, que quiero estar presente.

Éntranse todos, y salen tres almas, vestidas con tunicelas de tafetán blanco, velos sobre los rostros y velas encendidas.

Alma 1 Hoy, hermanas, que es el día

en quién, por nuestro consuelo,

las puertas ha abierto el cielo 2690

de nuestra carcelería,

para venir a este punto

todo lleno de misterio,

viendo en este monasterio

al gran Cristóbal difunto, 2695

al alma devota suya

bien será la acompañemos,

y a la región le llevemos

do está la eterna Aleluya.

Alma 2 Felice jornada es ésta, 2700

santa y bienaventurada,

pues se hará, con su llegada,

en todos los cielos fiesta:

que, llevando en compañía

alma tan devota nuestra, 2705

darán más claro la muestra

de júbilo y de alegría.

Alma 3 Ella abrió con oraciones,

ayunos y sacrificios,

de nuestra prisión los quicios, 2710

y abrevió nuestras pasiones.

Cuando en libertad vivía,

de nosotras se acordaba,

y el rosario nos rezaba

con devoción cada día; 2715

y, cuando en la religión

entró, como habemos visto,

muerto al diablo y vivo a Cristo,

aumentó la devoción.

Ni por la riguridad 2720

de las llagas que en sí tuvo

jamás indevoto estuvo,

ni falto de caridad.

Prior siendo y provincial,

tan manso y humilde fue, 2725

que hizo de andar a pie

y descalzo gran caudal.

Trece años ha que ha vivido

llagado, de tal manera

que, a no ser milagro, fuera 2730

en dos días consumido.

Alma 1 Remite sus alabanzas

al lugar donde caminas,

que allí las darán condignas

al valor que tú no alcanzas; 2735

y mezclémonos agora

entre su acompañamiento,

escuchando el sentimiento

deste su amigo que llora.

Éntranse.

Sale fray Antonio llorando, y trae un lienzo manchado de sangre.

Antonio Acabó la carrera 2740

de su cansada vida;

dio al suelo los despojos;

del cuerpo voló al cielo la alma santa.

¡Oh padre, que en el siglo

fuiste mi nube obscura, 2745

mas en el fuerte asilo,

que así es la religión, mi norte fuiste!

Trece años ha que lidias,

por ser caritativo

sobre el humano modo, 2750

con podredumbre y llagas insufribles;

mas los manchados paños

de tus sangrientas llagas

se estiman más agora

que delicados y olorosos lienzos: 2755

con ellos mil enfermos

cobran salud entera;

mil veces les imprimen

los labios más ilustres y señores.

Tus pies, que mientras fuiste 2760

provincial, anduvieron

a pie infinitas leguas

por lodos, por barrancos, por malezas,

agora son reliquias,

agora te los besan 2765

tus súbditos, y aun todos

cuantos pueden llegar a donde yaces.

Tu cuerpo, que ayer era

espectáculo horrendo,

según llagado estaba, 2770

hoy es bruñida plata y cristal limpio:

señal que tus carbuncos,

tus grietas y aberturas,

que podrición vertía[n],

estaban por milagro en ti, hasta tanto 2775

que la deuda pagases

de aquella pecadora

que fue limpia en un punto:

¡tanto tu caridad con Dios valía!

Entra el prior.

Prior Padre Antonio, deje el llanto, 2780

y acuda a cerrar las puertas,

porque si las halla abiertas

el pueblo, que acude tanto,

no nos han de dar lugar

para enterrar a su amigo. 2785

Antonio Aunque se cierren, yo digo

que ha poco de aprovechar.

No ha de bastar diligencia,

pero con todo, allá iré.

Entra fray Ángel.

A ¿Dónde vas, padre?

Antonio No sé. 2790

A Acuda su reverencia,

que está toda la ciudad

en el convento, y se arrojan

sobre el cuerpo, y le despojan

con tanta celeridad. 2795

Y el virrey está también

en su celda.

Prior Padre Antonio,

venga a ver el testimonio

que el cielo da de su bien.

Éntranse todos.

Salen dos ciudadanos: el uno con lienzo de sangre, y el otro con un pedazo de capilla.

Ciudadano 1 ¿Qué lleváis vos?

Ciudadano 2 Un lienzo de sus llagas. 2800

¿Y vos?

Ciudadano 1 De su capilla este pedazo,

que le precio y le tengo en más estima

que si hallara una mina.

Ciudadano 2 Pues salgamos

aprisa del convento, no nos quiten

los frailes las reliquias.

Ciudadano 1 ¡Bueno es eso! 2805

¡Antes daré la vida que volvellas!

Entra otro.

Ciudadano 3 Yo soy, sin duda, la desgracia misma;

no he podido topar de aqueste santo

siquiera con un hilo de su ropa,

puesto que voy contento y satisfecho 2810

con haberle besado cuatro veces

los santos pies, de quien olor despide

del cielo; pero tal fue él en la tierra.

El virrey le trae en hombros, y sus frailes,

y aquí, en aquesta bóveda del claustro, 2815

le quieren enterrar. Música suena;

parece que es del cielo, y no lo dudo.

Traen al santo tendido en una tabla, con muchos rosarios sobre el cuerpo; tráenle en hombros sus frailes y el virrey; suena lejos música de flautas o chirimías; cesando la música, dice a voces dentro Lucifer; o, si quisieren, salgan los demonios al teatro.

Lucifer Aun no puedo llegar siquiera al cuerpo,

para vengar en él lo que en el alma

no pude: tales armas le defienden. 2820

Saquiel No hay arnés que se iguale al del rosario.

Lucifer Vamos, que en sólo verle me confundo.

Saquiel No habemos de parar hasta el profundo.

Antonio ¿Oyes, fray Ángel?

A Oigo, y son los diablos.

Virrey Háganme caridad sus reverencias, 2825

que torne yo otra vez a ver el rostro

deste bendito padre.

Prior Sea en buen hora.

Padres, abajen, pónganle [en el suelo],

que, pues la devoción de su excelencia

se estiende a tanto, bien será agradalle. 2830

Virrey ¿Que es este el rostro que yo vi ha dos días

de horror y llagas y materias lleno?

¿Las manos gafas son aquéstas, cielo?

¡Oh alma que, volando a las serenas

regiones, nos dejaste testimonio 2835

del felice camino que hoy has hecho!

Clara y limpia la caja do habitaste,

abrasada primero y ahumada

con el fuego encendido en que se ardía,

todo de caridad y amor divino. 2840

Ciudadano 1 Déjennosle besar sus reverencias

los pies siquiera.

Prior Devoción muy justa.

Virrey Hagan su oficio, padres, y en la tierra

escondan esta joya tan del cielo;

esa esperanza nuestro mal remedia. 2845

Y aquí da fin felice esta comedia.



Fin desta comedia






Hase de advertir que todas las figuras de mujer

desta comedia las pueden hacer

solas dos mujeres.